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Un equipo de investigadores ha constatado que las personas que participan en comportamientos altruistas sienten menos dolor del que sentirían de otra manera.
En su artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, el grupo describe los experimentos que realizaron con voluntarios .
Investigaciones previas habían demostrado que participar en comportamientos altruistas (extender la amabilidad a los demás sin esperar nada a cambio) puede hacer que las personas se sientan bien, lo que hace que el cerebro produzca sustancias químicas como la dopamina que aumentan los buenos sentimientos.
Ahora, los investigadores han descubierto que participar en tales actividades también puede atenuar la sensación de dolor.
Para aprender más acerca de cómo participar en el comportamiento altruista podría afectar la percepción del dolor, los investigadores llevaron a cabo cuatro experimentos. En el primer experimento, pidieron a las personas que donaban sangre después de un terremoto que calificaran cómo el dolor del pinchazo con la aguja, también cuestionaron a las personas que donaban sangre cuando no hubo desastres recientes. Descubrieron que las personas que se ofrecieron como voluntarias después del terremoto informaron que la aguja dolía menos que el otro grupo.
En un segundo experimento, los investigadores pidieron voluntarios para ayudar a revisar un manual para niños migrantes mientras están expuestos a condiciones de frío. Descubrieron que esos voluntarios informaron menos molestias por el frío que aquellos que no se ofrecieron como voluntarios para revisar el manual.
En un tercer experimento, los investigadores compararon a pacientes con cáncer que experimentaron dolor y que cocinaron y limpiaron para otros con pacientes similares que solo lo hicieron por ellos mismos; una vez más, encontraron que aquellos que ayudaban a otros informaron menos dolor.
En su experimento final, los investigadores pidieron a los voluntarios que donaran dinero para ayudar a los huérfanos; También se les preguntó a esos sujetos cuánto pensaban que su donación ayudó a los niños.
Cada uno de los voluntarios se sometió a una resonancia magnética mientras experimentaba descargas eléctricas. Los investigadores informan que aquellos que habían donado mostraron menos respuesta cerebral al shock que aquellos que se negaron a donar. También descubrieron que cuanto más un voluntario sentía que su donación había ayudado a los huérfanos, menos respondía su cerebro al shock.
Los investigadores sugieren que sus experimentos, cuando se combinan con los resultados de otros estudios, indican que el comportamiento altruista no solo hace que las personas se sientan bien, sino que también reduce la experiencia del dolor.