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El actual enfoque multidisciplinario del cáncer no se concibe sin la implicación activa de la oncología radioterápica, una especialidad en la que en los últimos 10 años se ha producido una auténtica revolución tecnológica. Estamos asistiendo a un enorme desarrollo de la tecnología que nos lleva también a una evolución clínica tal que se nos permite hacer tratamientos que antes no podíamos realizar, explica Escarlata López, directora médica de GenesisCare España.
Para la experta, en todo este proceso hay dos hitos importantes: El primero es la introducción de la radioterapia guiada por imagen, que abrió la posibilidad de realizar previamente una tomografía computarizada (TC ) para así conocer exactamente la localización del tumor. Ahora disponemos también de la radioterapia guiada por superficie, en la que se detectan miles de puntos en la superficie corporal del paciente por los que se realiza un escaneo, consiguiendo así el posicionamiento exacto de la lesión tumoral.
En el paciente oligometastásico pasamos del papel paliativo a la función totalmente radical
El segundo hito, que está protagonizando el momento actual de esta especialidad, es el hipofraccionamiento. No solo somos más precisos y más exactos, aplicando la radioterapia allí donde exactamente tiene que ir, tratando volúmenes más pequeños y minimizando las toxicidades, sino que el hipofraccionamiento permite además administrar dosis más potentes en menos número de sesiones. Ello evita que los pacientes tengan que tratarse durante 30-35 días, ya que lo pueden hacer en mucho menos tiempo. El impacto en la calidad de vida es tal que casi no les da tiempo a enterarse de que se están tratando.
Tumores oligometastásicos
El nivel actual de estos avances permite además tratar no solo a pacientes con tumores primarios sino también a los oligometastásicos. Es algo que hemos aprendido de los cirujanos, y con la base de los buenos resultados obtenidos con la resección de metástasis (supervivencias a cinco años en torno al 30 %) ahora somos capaces de hacer lo mismo con radioterapia. De hecho, hay pacientes con múltiples metástasis que no se pueden resecar y que sí se pueden tratar con radioterapia de una forma radical, lo que contribuye mucho tanto a su esperanza como a su calidad de vida. Además, como la tolerancia es muy buena, cada vez se va ampliando el escenario de actuación, beneficiando así a un mayor número de pacientes, dice López.
En próstata y mama
En cuanto a las principales líneas de investigación, la directora de GenesisCare hace hincapié en la relevancia de los avances en el ámbito de dos tumores: el de próstata y el de mama. En cáncer de próstata, el desarrollo de una opción basada en la colocación de hidrogeles espaciadores combinados con hipofraccionamientos extremos (SRBT), que permite tratar al paciente en cinco días. No se puede hacer en todos los casos, sino solo en estadios iniciales, pero evita la cirugía, reduce mucho las toxicidades en cuanto al recto (en un 70 %) y de vejiga (en un 60 %) y permite preservar el paquete músculo-nervioso, minimizando así el riesgo de disfunción eréctil y reduciendo el número de segundos tumores inducidos.
En el caso del cáncer de mama, el avance consiste en aplicar la radioterapia en inspiración forzada profunda, lo que ayuda a separar el corazón de la mama izquierda, una opción muy importante, teniendo en cuenta que muchas de las supervivientes de este tumor fallecen después como consecuencia de la toxicidad cardiaca, ya que la radiación puede afectar a las arterias coronarias. Otra de las líneas en las que se está trabajando en el ámbito del cáncer de mama es en la posibilidad de tratar con irradiación acelerada hipofraccionada (en cinco sesiones) los estadios iniciales del tumor.
Respecto a los retos futuros a los que se enfrenta la oncología radioterápica, Escarlata López señala que son muchos, ya que se trata de un área de innovación constante, pero uno de los más apasionantes es combinar el hipofraccionamiento extremo con la inmunoterapia.
Finalmente, la especialista destaca los importantes avances que se están logrando con la aplicación de dosis bajas de radioterapia en el tratamiento de procesos benignos como la artrosis y la fascitis plantar. Tenemos en marcha un ensayo clínico pionero, en artrosis de cadera y rodilla, y las evidencias obtenidas hasta ahora han demostrado que el 90 % de los pacientes mejoran en su sintomatología.
diciembre 24/2019 (Diario Médico)