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La evolución en el abordaje del cáncer de mama metastásico está definida por el tipo de tumor que se trate (luminal, HER 2+ y triple negativo, principalmente). Donde más se ha avanzado en los últimos años es tanto en los tumores luminales como en el HER 2+. En ambos subgrupos este progreso está vinculado al abordaje que se hace actualmente, basado en terapias más eficaces y dirigidas a alteraciones moleculares específicas, comenta Luis de la Cruz, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Virgen Macarena, de Sevilla.
En el caso del cáncer de mama luminal metastásico, los mayores avances han venido fundamentalmente de la mano de los inhibidores de ciclinas, unos fármacos que han demostrado un impacto muy notable en el control de la enfermedad y en el retraso de la progresión. Incluso disponemos ya de estudios que confirman un impacto en supervivencia global, algo muy difícil de conseguir en oncología y en cáncer metastásico en general.
Cada vez somos más ambiciosos respecto a cronificar la enfermedad y al aumento de la supervivencia
En el cáncer de mama metastásico HER 2+, De la Cruz destaca como uno de los principales logros la introducción de los anticuerpos monoclonales anti HER 2, una opción con la que en los últimos años se han obtenido resultados francamente satisfactorios y mucho mejores que los que teníamos antes bloqueando específicamente esta vía.
Inmunoterapia
En esta terna de subtipos tumorales, el que habitualmente se considera como el más rezagado desde el punto de vista terapéutico es el triple negativo, pero también en este tumor hay avances destacables. “En los últimos tiempos estamos viendo que probablemente sea el nicho en el que la inmunoterapia del cáncer pueda tener un papel, concretamente en un subgrupo de este subtipo formado por pacientes que tengan un perfil más inmunogénico o más sensible a la inmunoterapia y a los cuales no tenemos del todo identificados, pero se están dando pasos en este sentido, sobre todo con el biomarcador PD-L1 en células inmunes y con los linfocitos infiltrantes de tumor, los TIL, que dan información del grado de activación inmunitaria que han inducido los tumores; sobre este estado de activación la aplicación de inmunoterapia puede ser eventualmente eficaz.
De la Cruz comenta que en esta línea ya hay un anticuerpo anti PD-L1 aprobado por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) (atezolizumab) en combinación con quimioterapia en primera línea de tratamiento de este subgrupo (cáncer de mama triple negativo PD-L1 en células inmunes positivo), en la actualidad pendiente de valoración por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).
Sin embargo, y a pesar de que se han producido avances en el cáncer de mama metastásico triple negativo, hay que tener claro que estos no son tan importantes ni relevantes desde el punto de vista clínico (y tampoco en cuanto al volumen de pacientes beneficiadas por el tratamiento) ni equiparables a los que se han producido en los otros dos subgrupos. En todos los tipos de cáncer de mama queda mucho camino por recorrer, pero el triple negativo todavía sigue siendo el que tiene peores resultados y menores posibilidades de tratamiento, apunta De la Cruz.
La mejora en los tratamientos, el aumento de las tasas de supervivencia y los avances en la calidad de vida de las pacientes hacen que con frecuencia se hable de la cronificación del cáncer de mama, un objetivo bastante razonable, en opinión de Luis de la Cruz: De hecho, es una realidad en el caso del cáncer de mama hormonodependiente con tratamiento hormonal exclusivo en un porcentaje bastante importante. Creo que es fundamental trasladar a las pacientes, especialmente a ese 15-20 % que recae con enfermedad avanzada, el mensaje de que se puede lograr la cronificación.
Precisamente esa cronificación es uno de los focos en los que según el experto hay que centrar los esfuerzos. También hay que continuar con la investigación clínica y traslacional, que es esencial y gracias a la cual hemos obtenido todos estos importantes avances en los últimos años, como por ejemplo, los inhibidores de ciclinas. Esta es una evidencia clara de la necesidad de potenciar la investigación clínica en todos los subtipos del cáncer de mama y quizás con mayor énfasis en el triple negativo, que es en el que seguimos teniendo peores datos.
diciembre 18/2019 (Diario Médico)