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La prestigiosa revista Nature ha publicado un estudio que explica por qué el hígado es el órgano donde se desarrolla más frecuentemente la enfermedad metastásica en los pacientes con cáncer. Aunque ya se sabía que este tropismo es en parte debido a la captura mecánica de células tumorales circulantes, la formación de un nicho apropiado es también necesaria para fomentar la diseminación del tumor, sin que hasta se conocieran los factores que contribuyen a la generación de este nicho.
Ahora se sabe que los hepatocitos coordinan la acumulación de células mieloides y la fibrosis hepática, según afirma Gregory Beatty, director del equipo investigador. Los experimentos realizados indican que durante la fase temprana de la tumorigénesis pancreática en ratones los hepatocitos activan la vía de señalización intracelular STAT3 y aumentan la producción de proteínas amiloides séricas (PAS).
Este último acontecimiento puede ser también observado en los hepatocitos de pacientes con cáncer pancreático y colorectal y metástasis hepáticas. Tanto estos pacientes como los que presentan enfermedad localmente avanzada presentan elevados niveles circulantes de PAS, prosigue Beatty. La activación de STAT3 y la subsiguiente producción de PAS son dependientes de la liberación a la circulación de interleucina (IL)-6 por parte de células normales.
Así lo demuestran experimentos en los que la ablación de la vía IL-6/STAT3/PAS evita el establecimiento del nicho metastásico y la formación de metástasis. Los investigadores concluyen que el hígado es un importante sensor de la inflamación y responde de una manera estructurada que es aprovechada por el cáncer para diseminarse.
abril 2/2019 (immedicohospitalario.es)