La cuestión no es saber si habrá una nueva pandemia de gripe, sino cuándo ocurrirá. Debemos mantener la vigilancia y prepararnos, porque el costo de una gran epidemia será muy superior al de la prevención, subrayó.
Esta estrategia marca el camino que debemos seguir para proteger cada año a la población mundial y para prepararnos frente a la próxima pandemia, reforzando los programas sistemáticos de lucha contra la enfermedad, destaca el texto.
Resalta además sus dos objetivos principales, uno de ellos fortalecer las capacidades nacionales de vigilancia y respuesta, de prevención y tratamiento, y de preparación.
Para lograrlo, cada país debe elaborar un programa específico adaptado a sus necesidades que contribuya a la preparación nacional y mundial y a la seguridad sanitaria.
El segundo objetivo consiste en elaborar mejores instrumentos de alcance mundial para prevenir, detectar, controlar y tratar la gripe, como vacunas, antibióticos y tratamientos más eficaces, con el fin de garantizar que todos los países tengan acceso a ellos.
Cada año se registran en el mundo cerca de mil millones de casos, de los cuales entre tres y cinco millones son graves, y entre 290 y 650 mil personas fallecen por causas respiratorias relacionadas con la gripe.
La OMS recomienda que la forma más eficaz de protegerse es vacunarse cada año, sobre todo las personas con mayor riesgo de sufrir complicaciones graves de la enfermedad y los trabajadores sanitarios.
marzo 13/2019 (Prensa Latina)