Las células natural killer (NK) son un tipo de linfocitos del sistema inmunitario innato capaces de detectar y eliminar células tumorales. Mientras en cánceres hematológicos su efectividad ha sido ampliamente demostrada, en los tumores sólidos su papel es muy limitado. No obstante, un reciente estudio realizado en modelos celulares de melanoma ha descubierto un nuevo mecanismo de progresión tumoral que se apoya en la actividad de las células NK convirtiéndolas en aliadas del avance de la enfermedad.
La investigación, desarrollada en el Hospital Policlínico San Martino, de Génova (Italia), ha contado con la colaboración de dos grupos de la Universidad de Oviedo: el de la Unidad de Inmunología Tumoral del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias y el Grupo de Problemas Inversos, Optimización y Machine Learning. En sus resultados señalan nuevos datos sobre el papel de las células NK en la progresión del melanoma.
Los investigadores describen un mecanismo de progresión tumoral que tiene lugar cuando las células NK no son capaces de eliminar las células de melanoma y en su lugar “ayudan” a las células tumorales en su progresión hacia formas más invasivas, explica Leticia Huergo, autora principal del trabajo publicado en Cancer Research. “Lo que hacen las células NK en estas situaciones es provocar un cambio morfológico y funcional de las células tumorales que se vuelven más invasivas y resistentes”.
El reto de la plasticidad
La plasticidad tumoral es uno de los principales obstáculos para la eliminación de los tumores. Se trata de un fenómeno por el cual las células neoplásicas pueden adquirir nuevos fenotipos y funciones (mayor invasividad, aumento de la proliferación, resistencia a quimioterapia y radioterapia, generación de células madre cancerosas, entre otras) que les permiten ser más adaptables a los cambios del microambiente que las rodea.
En melanoma, este fenómeno morfogenético se unifica en el concepto phenotype-switch o cambio de fenotipo que permite a las células tumorales “evolucionar” de un estado diferenciado, proliferativo y poco invasivo (lo que se conoce como fenotipo proliferativo) a un estado indiferenciado, poco proliferativo e invasivo que da lugar a las metástasis (fenotipo invasivo o prometastásico).
Los análisis mostraron que las células NK, a través del contacto célula-célula y de la secreción de las citocinas IFN-gamma y TNF-alpha, inducen una serie de cambios morfogenéticos en las células de melanoma relacionados con la progresión tumoral: aumento de expresión de marcadores de totipotencialidad (relacionado con la generación de células madre tumorales); reordenamientos morfológicos y citoesqueléticos, disminución de la proliferación y aumento de la invasividad. A su vez, las células de melanoma que adquirían este fenotipo invasivo tras el contacto con las células NK desarrollaban importantes mecanismos para evadir la respuesta inmunológica.
Aprovechar el microambiente
Según los análisis, las células tumorales son capaces de aprovechar los estímulos del microambiente en su favor y apoyarse en esos estímulos para progresar. “En el microambiente, junto con las células tumorales, hay muchos otros elementos y condiciones: células estromales, condiciones de hipoxia, citocinas inflamatorias, factores de crecimiento y, por supuesto, las relacionadas con el sistema inmunitario. Muchos de estos elementos han sido señalados como facilitadores de la progresión tumoral”.
De hecho, en los últimos años, y a pesar del conocido papel del sistema inmunitario en la eliminación del cáncer, se ha descrito que ciertas células inmunológicas presentes en el microambiente tumoral, como las células mieloides supresoras, los macrófagos, los neutrófilos y células T CD4 +, podrían favorecer la progresión del tumor promoviendo la transición hacia fenotipos invasivos. Huergo explica que las natural killer no habían sido aún señaladas como un elemento capaz de contribuir a la progresión tumoral y “nuestras investigaciones han descrito ese papel en melanoma”.
Vía para nuevas terapias
El ensayo fue realizado In vitro inicialmente para pasar después a la comprobación de los resultados en muestras histológicas de pacientes con melanoma metastásico. “En cortes histológicos donde había infiltración de células NK observamos gradientes de marcadores de invasión”.
Este trabajo de investigación básica ofrece, por tanto, nuevos conocimiento sobre los mecanismos que operan en la progresión tumoral. Este es, según los investigadores, uno de los primeros pasos para acometer el desarrollo de estrategias que permitan bloquear dicha progresión y conseguir más efectividad en las terapias para el melanoma.
septiembre 19/2018 (diariomedico.com)