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Un equipo científico dirigido por investigadores de la Universidad Johns Hopkins ha identificado una vía bioquímica relacionada con la salud de la piel y del cabello, así como un compuesto experimental (D-PDMP) que restaura el daño ocasionado a estas regiones del cuerpo por la dieta rica en grasas.
Subroto Chatterjee, director del estudio, afirma que, aunque los esfingolípidos tienen numerosas funciones biológicas, sus efectos sobre los fenotipos cutáneos habían sido poco estudiados hasta ahora.
El estudio demuestra que la alimentación crónica con una dieta rica en grasas y colesterol reduce los niveles de ceramidas y glucoceramidas en favor de las lactosilceramidas. Este desequilibrio es producido por un aumento de la expresión del enzima que sintetiza este último grupo de compuestos y se asocia a la infiltración de los granulocitos neutrófilos en la dermis y a la producción de una proteína proinflamatoria. Chatterjee indica que estos eventos causan decoloración y pérdida de cabello, así como inflamación de la piel.
En los animales que recibieron D-PDMP durante 16 semanas, libre o encapsulado en un polímero biodegradable, este fenotipo revirtió a la normalidad, lo que se asoció a la recuperación del equilibrio entre las diferentes especies de ceramidas. De los experimentos también se desprende que la forma sólida de D-PDMP es más eficaz que la líquida. Chatterjee añade que el efecto de la alimentación en esta cepa de ratones es muy similar al que tiene en hombres que siguen la misma dieta.
septiembre 6/2018 (immedicohospitalario.es)