El empleo creciente de redes sociales y el desarrollo de herramientas más avanzadas de inteligencia artificial (IA) para el análisis de estas redes y su comportamiento han inspirado al equipo que dirige Ziad Kobti, profesor de la Facultad de Ciencia Computacional de la Universidad de Windsor en Ontario (Canadá), para desarrollar proyectos aplicables al campo de la salud.
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Una red de personal socio-sanitario para la atención domiciliaria de pacientes crónicos o dependientes y una herramienta informática para el control a distancia de enfermos cardiovasculares son los dos ejemplos que ha expuesto durante su participación en el 4º Congreso Mundial de Ingeniería, Sistemas Computacionales y Ciencia celebrado en Madrid.
“Las redes sociales ya no son únicamente para comunicarse con amigos o compartir fotos; han evolucionado hacia un uso mucho más profesional, sobre todo en el ámbito de la salud”, y sin necesidad de mayor infraestructura ponen en contacto a los profesionales entre sí -médicos, enfermeros y cuidadores- y con los pacientes y proveedores sanitarios. Para Kobti, “esto es crítico a escala global a la hora de alcanzar áreas infradotadas en infraesctructuras sanitarias, así como para la organización de equipos y optimización de servicios para reducir costes manteniendo unos niveles razonablemente elebados de calidad”.
Difícil control
El profesor de la universidad canadiense recuerda que la IA, base para el estudio de las relaciones entre miembros de las redes sociales y entre las propias redes, controla ya gran parte de nuestras vidas; “no somos conscientes muchas veces de cuánta información nuestra hay ahí fuera, no podemos controlarla”. En la práctica clínica, el empleo de (IA) “permite ya hacer un diagnóstico de neumonía a partir de la interpretación de pruebas diagnósticas de imagen excediendo la capacidad del propio especialista o mejorar la predicción de riesgo cardiovascular únicamente a partir del análisis de datos clínicos rutinarios”.
No obstante, Kobti señala que las fórmulas y algoritmos en los que se basa la IA no han cambiado mucho desde la década de 1980; solo la velocidad y capacidad de los sistemas, “factores que nos permiten ahora estudiar la información de la cantidad de datos que se generan en las redes sociales y cómo éstos pasan de unas a otras”. Asegura que en el ámbito de la salud, y en el caso del modelo de red para la asistencia domiciliaria desarrollado por su equipo, ha sido fundamental poder relacionar entre sí la información que se genera en cada una de las redes profesionales -de médicos, enfermeras, etc.-, sino también el flujo de conocimiento entre los distintos grupos de influencia.
El proyecto de asistencia del equipo de Kobti colaboró estrechamente con los grupos de profesionales sanitarios para elaborar una red de atención apropiada para las necesidades de cada paciente, “buscando optimizar el sistema para ofrecer la mayor calidad posible teniendo en cuenta factores como la proximidad, las capacidades y la disponibilidad de los cuidadores. El éxito de nuestro resultado nos reafirma en la importancia de relacionar a los distintos grupos entre sí”, concluye.
agosto 30/2018 (diariomedico.com)