may
31
El 20 % de las españolas desearía no tener la menstruación y alrededor del 8 % utiliza métodos hormonales para eliminar su periodo. Desde hace años, la supresión de la menstruación se utiliza tanto para aliviar síntomas de determinadas enfermedades como por pura preferencia personal. Una amplia base científica confirma su seguridad a largo plazo.
Todos los meses, el cuerpo de una mujer en edad fértil se prepara para un posible embarazo. Si esto no ocurre, el óvulo maduro no fecundado es expulsado por la vagina junto con sangre y otras sustancias procedentes del útero. Ese sangrado es lo que se conoce como menstruación.
Una de las posibles soluciones, poco conocida por la mayoría de la población, es el uso de tratamientos para reducir o eliminar el periodo.
“Siempre que la mujer no presente ninguna contraindicación, ciertas terapias hormonales permiten escoger no tener la regla o tenerla menos de una vez al mes”, explica a Sinc Núria Parera Junyent, jefe de la Unidad de Ginecología de la Infancia y de la Adolescencia de Dexeus Mujer.
Se trata de píldoras -compuestas por progesterona o por estrógenos y progesterona-, implantes hormonales -varillas flexibles insertadas quirúrgicamente bajo la piel- y dispositivos intrauterinos (DIU) que disminuyen o hacen desaparecer las menstruaciones al producir la atrofia del endometrio. También existe un tratamiento quirúrgico denominado ablación endometrial, pero este se reserva a mujeres que hayan completado sus deseos reproductivos.
Entonces, ¿se puede vivir sin la regla? “Claro que sí. La menstruación hay que entenderla casi como un artículo de lujo. Realmente no afecta a la salud de la mujer y el hecho de evitarla no supone ningún perjuicio”, apunta María Jesús Canedo, secretaria general de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
“En situaciones de hambruna o malnutrición de la mujer es lo primero que se pierde, ya que realmente no posee otras funciones”, añade Canedo, que es jefa del Servicio de Ginecología del Hospital Universitario de Guadalajara.
Entre los beneficios de no menstruar, los principales son la disminución de la dismenorrea (dolor menstrual), el sangrado, la anemia asociada, el síndrome premenstrual y los síntomas que se exacerban con la menstruación -como la endometriosis, el dolor pélvico, la tensión mamaria y el acné-. Por no hablar del menor uso de productos de higiene menstrual y analgésicos; y de la autonomía de la mujer para decidir si quiere o no tener la regla tanto por motivos ocupacionales, deportivos o simplemente prácticos.
Respecto a los inconvenientes, los posibles efectos secundarios de píldoras, implantes, DIUs o cirugía dependen de cada caso particular. En general, el uso continuo de anticonceptivos hormonales no se asocia a mayores riesgos que cuando son utilizados de forma cíclica (21 días de comprimidos activos y 7 días de descanso).
Todo sangrado no es menstruación
“Desde el nacimiento de la píldora anticonceptiva fue importante garantizar un sangrado periódico que confirmase la ausencia de embarazo. Por ello, se ideó una administración que permitiese un flujo por deprivación hormonal de periodicidad similar a los ciclos naturales”, indica a Sinc Iñaki Lete, jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Araba, en Vitoria.
Lo que hacen las píldoras anticonceptivas convencionales es reproducir una hemorragia menstrual regular, que tiende a ser más ligera y más corta. “En realidad esto no es una regla, se induce un sangrado por la retirada brusca del aporte hormonal que no es necesario y se puede modificar”, añade Paloma Lobo, presidenta de la Sociedad Española de Contracepción (SEC).
mayo 30/2018 (agenciasinc.es)