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Un nuevo estudio, publicado esta semana en la revista Science, pone a descubierto sobre la naturaleza de las células madre de la mama.
El estudio, liderado por investigadores de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, y del cual es segundo y único firmante del Estado el Dr. Toni Celià-Terrassa, investigador del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), ha descubierto que estas células `viven´ en un nicho, un entorno favorable para ellas, creado por los macrófagos, unas células básicas del sistema inmunológico humano.
Los macrófagos son los encargados de cuidar de ellas y de alimentarlas, gracias a un mecanismo que pone en relación a las dos partes. Las células madre de la mama tienen un marcador, el ligando Dll1, que, al entrar en contacto con la pared celular de los macrófagos activa un receptor, llamado Notch, que hace que éste genere proteínas Wnt, el alimento que permite a las células madre mantener todas sus capacidades especiales. Esta relación también ha permitido a los investigadores afirmar que el ligando Dll1 es un marcador para determinar si una célula de la mama es una célula madre.
Este mecanismo de relación puede tener aplicaciones en la investigación sobre enfermedades como el cáncer.
En ensayos con ratones a los cuales se inyectavan células madre de la mama -de ratones-, los investigadores han podido comprobar cómo, inhibiendo, estas célula dejan de ser células madre y por lo tanto, pierden la capacidad de convertirse en cualquier otra célula y de autoregenerarse.
Se da la circunstancia que las células madre cancerosas, responsables del desarrollo de los tumores de mama, de su expansión y de la generación de resistencias a los tratamientos, tienen unas características muy similares a las de sus hermanas no cancerosas. Como explica el Dr.a Celià-Terrass, responsable del Laboratorio de Propiedades de las Células Madre Cancerosas y Metástasis del IMIM, «si las células cancerosas que inician el cáncer dependen de este mecanismo, supondría una muy buena diana terapéutica a estudiar, un hecho que sería muy importante en la lucha contra esta enfermedad». A pesar de todo, todavía es pronto para poder hablar de aplicaciones terapéuticas del trabajo que ahora publica Science, ya que no ha analizado esta posibilidad.
En todo caso, el estudio abre nuevas vías de investigación en un campo en el cual, como apunta el Dr. Celià-Terrassa, «no disponemos de dianas terapéuticas buenas solo para células madre cancerosas». Poder actuar sobre ellas serviría para evitar la iniciación de los tumores y su expansión, un principio que también podría ser aplicable a otros tipos de tumor.
mayo 22/2018 (immedicohospitalario.es)