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Investigadores dirigidos por Markus Müschen, científico en el hospital City of Hope, han descubierto que los linfocitos B y los tumores por ellos formados convierten azúcares y nutrientes en energía de una manera distinta que otras células.
En esta inusual vía de metabolización participa el enzima PP2A, el cual redirige los metabolitos energéticos hacia la generación de antioxidantes que protegen a la célula de subproductos generados durante su actividad fisiológica. En otros tipos celulares PP2A es dispensable porque existen otras moléculas suministradoras de protección antioxidante.
Sin embargo, tanto los linfocitos B como en las leucemias y linfomas derivados son críticamente dependientes de este enzima, como demuestran experimentos en animales en los que la deleción genética del gen codificante de PP2A en los linfocitos B apenas tiene impacto en el resto del organismo pero causa muerte celular en los linfocitos tumorales. Müschen afirma que, mientras que en otras células la síntesis de componentes celulares y la generación de oxidantes están equilibradas, en los tumores generados por los linfocitos B este equilibrio está desplazado hacia el crecimiento, lo que los hace muy sensibles al estrés oxidativo.
El fármaco experimental LB-100, dirigido a PP2A y que desplaza aún más este equilibrio, ha dado muestras de efectividad in vivo y está siendo actualmente testado en un ensayo clínico en el citado centro.
marzo 30/2018 (immedicohospitalario.es)