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Investigadores daneses han sugerido un factor de riesgo potencial e inusual de ictus isquémico y hemorragia intracerebral: la baja estatura en la niñez.
El estudio dio seguimiento a un grupo de niños nacidos en Copenhague entre 1930 y 1989, a los cuales se midió su estatura entre los 7 y 13 años de edad. Ya en la edad adulta, de un total de 311 009 individuos, 10 412 habían padecido un ictus isquémico, y 2546, hemorragia intracerebral.
Los autores del estudio tomaron en cuenta una variedad de factores vinculados con la estatura y el riesgo de ictus, como el nivel socioeconómico, la nutrición, las enfermedades infecciosas, el consumo de alcohol y el tabaquismo.
Los investigadores encontraron que los hombres y mujeres que habían medido 5 cm más de media a los 7 años de edad tenían un riesgo de ictus isquémico hasta un 11 % inferior en la adultez. Respecto al ictus hemorrágico, el riesgo se redujo en un 11 % en los hombres que habían medido de media 5 cm más a los 7 años, pero no se encontró una asociación de ese tipo en las mujeres.
Un posible mecanismo que podría vincular la estatura con el riesgo de ictus es la presión arterial, ya que se ha sugerido que las personas más bajas tendrían una presión arterial más elevada, lo que a su vez aumentaría el riesgo de ictus. El estudio fue publicado en Stroke 2018.
marzo 27/2018 (neurologia.com)