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Un equipo de científicos ha demostrado que las células de melanoma son incapaces de sobrevivir cuando se les suprime la proteína LOXL3 (lysyl oxidase-like 3), lo que abre el campo a incentivar terapias que impidan que los melanomas sean capaces de generar metástasis.
Las células de la piel donde se origina el melanoma, los melanocitos, no expresan LOXL3 y no necesitan esta proteína para vivir. En cambio, si los melanocitos sufren mutaciones que les permiten crecer de forma descontrolada, la presencia de LOXL3 favorece que continúen creciendo, puedan diseminarse por el organismo y formar tumores secundarios o metástasis.
Al impedir que LOXL3 se exprese en las células derivadas de tumores de melanoma, éstas dejan de crecer y acaban muriendo por apoptosis o muerte celular programada.
Sin LOXL3, las células tumorales no pueden dividirse de forma correcta y el ADN no se reparte equitativamente a las células ‘hijas’ que van acumulando alteraciones en su genoma. Cuando las células detectan los errores saltan las alarmas, pero no son capaces de activar los sistemas de control que permiten a las células reparar el daño en el ADN. La acumulación de anomalías que esto provoca hace que las células no puedan sobrevivir. El estudio fue publicado en Cell Death Differ 2017.
febrero 28/2018 (neurologia.com)