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Un estudio de la Universidad de Georgetown abre por primera vez la posibilidad de tratar la hipertensión de manera más eficaz, mediante el uso de inhibidores del factor de crecimiento de los fibroblastos (FGF), un grupo de fármacos comúnmente utilizados en la terapia contra el cáncer. El FGF promueve el crecimiento de los vasos sanguíneos, un mecanismo explotado por las células tumorales para asegurar su supervivencia, y regula la presión arterial a nivel sistémico. Anton Wellstein, investigador en el citado centro, afirma que aunque es poco común que una clase de fármaco pueda ser usado para tratar condiciones tan diferentes, los resultados de los experimentos indican que este podría ser el caso.
Éstos identificaron a la proteína FGFBP1 como regulador de la expresión de FGF. La observación de que la hipertensión en un grupo poblacional europeo se asocia a la presencia de mutaciones en FGFBP1 llevó a examinar el papel de esta proteína en un modelo animal, demostrándose que su activación dispara la presión arterial. Esta hipertensión tiene su origen en la región final de los vasos, donde la resistencia es mayor, y es consecuencia de una respuesta aumentada a la angiotensina (AT)- II. Por tanto, el FGF regula el grado de sensibilidad de los vasos a esta hormona, concluye Wellstein.
La inhibición del FGF en ratones portadores del gen FGFBP1 sobreactivado redujo la sensibilidad a la AT-II en diversos lechos vasculares.
diciembre 5/2017 (immedicohospitalario.es)