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De acuerdo a estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) difundidas en 2016, más de 422 millones de adultos en todo el mundo padecen diabetes. Se trata de una enfermedad cuya prevalencia prácticamente se cuadruplicó desde 1980, cuando el número de casos registrados era de 108 millones. En Argentina, una de cada diez personas padece esta afección y se espera un incremento mayor en los próximos años.
Con el tiempo, la diabetes provoca daños en los nervios o los vasos sanguíneos, con la consecuente pérdida de sensibilidad ante cortaduras, ampollas o llagas. En las extremidades inferiores, estas lesiones pueden causar úlceras e infecciones que, en los casos más graves, pueden requerir una amputación. Un tipo común de úlcera es consecuencia de las altas presiones ejercidas en un sector del pie, por eso el monitoreo rutinario es la clave para prevenir su formación.
Para atender esta complicación, dos egresados de la carrera de Ingeniería Biomédica de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC idearon una plantilla capaz de medir la presión que soporta la planta del pie al caminar. Con un diseño flexible y ergonómico, este dispositivo está realizado totalmente con tecnología de impresión en 3D y cuenta con 21 sensores ubicados estratégicamente que ejecutan un control dinámico de la pisada durante el transcurso del día.
Los datos que releva son transmitidos por bluetooth al celular del paciente y son enviados a la nube (servicio de almacenamiento online), donde quedan guardados para que, posteriormente, sean evaluados por un profesional de la salud. Cuando la aplicación móvil identifica una presión anómala o muy elevada, alerta al usuario –con sonido y vibración– para que corrija la posición del pie o revise su calzado.
El novedoso desarrollo se llama “Ebers” y se destaca por la simpleza en su uso. Nicolás Guglielmone, uno de los ingenieros biomédicos que lo diseñaron, explica: “El software muestra la ubicación de los 21 sensores y el profesional de la salud puede acceder con su computadora a un mapa de colores para detectar dónde hay mayor presión. La aplicación está programada para consultar los datos tres veces al día”.
Facundo Noya, el otro integrante del equipo, agrega que los sensores permiten un análisis dinámico y constante de la marcha y la posición plantar del diabético, lo que garantiza un estudio completo y riguroso. “A través de los datos obtenidos con estas plantillas se pueden tener en cuenta, además de las presiones plantares, factores como el instante preciso en que se realiza el sensado de la pisada y el tipo de calzado y cómo está colocado, entre otros detalles de importancia”.
Una de las ventajas de las plantillas Ebers radica en que están pensadas especialmente para pacientes diabéticos, a diferencia de las plantillas sensorizadas que existen en el mercado, idóneas para análisis médicos y deportivos en general y presentadas como una solución para rehabilitación y entrenamiento de todo tipo.
“En el mercado existen plantillas sensorizadas; sin embargo, están ideadas para estudios del deporte de alto rendimiento. Suelen ser muy sofisticadas y sirven para la realización de estudios en un lugar específico, sin analizar la marcha constante del paciente”, comenta Guglielmone.
El primer prototipo de las plantillas Ebers cuenta con una batería colocada a un costado. El próximo paso para mejorar el producto será encapsular esta batería dentro de la misma plantilla, para que resulte más simple y fácil de usar.
“Uno de los principales problemas del paciente diabético es su inconstancia con la enfermedad. Como es una enfermedad que se desarrolla muy lentamente, sin cambios bruscos, se dejan de tomar las medidas adecuadas” explica Guglielmone y agrega: “El próximo avance en el diseño es unir todas las partes de la plantilla, tiene que ser cómoda y muy fácil de usar, de otro modo deja de ser útil”.
Facundo Noya remarca que en el camino de elaboración del prototipo recibieron asesoramiento de una especialista en diabetes. “La profesional nos explicó que el paciente diabético tiene que tener mucha disciplina si quiere sobrellevar la enfermedad. Por lo tanto, mientras más sencillo hagamos el procedimiento, mucho mejor”.
“Por esta razón implementamos un producto en donde el paciente solo tenga que conectar la aplicación y recibir las alertas correspondientes, del resto se ocupa el médico”, completa Guglielmone.
Para la realización de la plantilla, los ingenieros biomédicos recurrieron a la impresión 3D. “Esta tecnología le da flexibilidad al proceso de diseño y elaboración del producto. Además, permite realizar una gran cantidad de pruebas sin que se torne lento a pesar de las dificultades y errores que se presentan en el camino”, cuenta Guglielmone. A su turno, Noya explica: “Con la impresión 3D es más fácil realizar los prototipos y mejorarlos constantemente; en el proceso de producción hay una reducción notable de los costos usando esta tecnología”.
noviembre 8/2017 (noticiasdelaciencia.com)