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La dinámica de transmisión del virus del Zika en ambientes urbanos sigue un complejo patrón espacio-temporal que parece impredecible y apenas relacionado con áreas de alta densidad de mosquitos. En este contexto, los patrones de actividad humana probablemente tienen un papel importante en la dinámica de transmisión de zika.
Concretamente, la cantidad de tiempo que las personas pasan al aire libre puede afectar cómo el virus de Zika se propaga a toda la población. Así lo señala un nuevo estudio realizado en el condado de Miami-Dade (Estados Unidos) publicado recientemente en la PLOS Neglected Tropical Diseases.
El virus Zika, que es propagado por mosquitos Aedes en algunas regiones tropicales y subtropicales del planeta, suele transmitirse dentro de países en vías de desarrollo. En el caso de los Estados Unidos, la mayoría de picaduras ocurren al aire libre, de forma que los patrones locales sobre cómo la gente pasa tiempo al aire libre contribuyen probablemente a la forma en que los virus transmitidos por mosquitos, como es el caso del zika, se expanden.
Marco Ajelli, de la Universidad del Noreste, y colegas de la Universidad de Miami encuestaron a 270 residentes del condado de Miami-Dade, en Florida, sobre el tiempo que pasan al aire libre y analizaron tanto la encuesta como los datos nacionales publicados sobre este tema. Luego, utilizaron el modelado computacional para determinar cómo la dinámica de transmisión de zika se relacionaba con el tiempo pasado al aire libre por las personas.
Los investigadores encontraron que la cantidad de tiempo pasado al aire libre por la gente en el condado de Miami-Dade era altamente variable. La mayoría pasaba poco tiempo al aire libre, menos de dos horas al día, pero un pequeño porcentaje pasaba una gran cantidad de tiempo al aire libre. Su modelización reveló entonces que esta heterogeneidad -en comparación con una población hipotética en la que todos pasaban la misma cantidad media de tiempo fuera- llevaba al virus Zika a infectar a menos personas, pero la epidemia se extendería mucho más rápido.
«Esto pone de relieve la necesidad de derivar nuevos índices que deben ser considerados por los programas de control de mosquitos, la categorización de los barrios sobre la base de la vigilancia de los mosquitos y el riesgo de exposición humana al aire libre», apuntan los investigadores, quienes consideran que los esfuerzos de control de operaciones “podrían ser priorizados y dirigidos hacia áreas caracterizadas por altos niveles de actividad humana al aire libre, tales como áreas recreativas y atracciones turísticas, en lugar de, por ejemplo, áreas residenciales»
septiembre 28/2017 (noticiasdelaciencia.com)