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Un estudio del Instituto de Descubrimiento Biomédico de la Universidad de Monash (Australia), resuelven la duda sobre cómo el cuerpo se programaba para la quema o acumulación de la grasa.
Científicos del Instituto de Descubrimiento Biomédico de la Universidad de Monash en Australia, resuelven la duda sobre cómo el cuerpo se programaba para quemar la grasa después de comer al descubrir un mecanismo mediante el cual el cerebro coordina la alimentación con el gasto de energía. Este estudio, publicado en Cell Metabolism Today, ofrece un nuevo objetivo para el tratamiento de la obesidad.
Los investigadores, del Programa de Enfermedades Metabólicas y Obesidad, han demostrado en modelos de laboratorio que la alimentación controla la conversión de grasa blanca, que almacena la energía, en grasa marrón, que la gasta. La se almacena en células especializadas llamadas adipocitos, que pueden cambiar de los estados blancos a marrones y viceversa.
El estudio muestra que después de comer el cerebro responde a la insulina circulante, que se incrementa después de un aumento de la glucosa en la sangre. Entonces envía señales para promover la conversión de la grasa y gastar energía. Mientras que, después de un ayuno, el cerebro ordena a estos adipocitos marrones convertirse de nuevo en adipocitos blancos, almacenando energía.
Estos procesos ayudan a prevenir el exceso de peso y el exceso de pérdida de peso en respuesta a la alimentación y el ayuno, lo que significa que el peso corporal permanece relativamente estable en el tiempo.
Un mecanismo similar a un interruptor
Los investigadores demostraron que la capacidad del cerebro para detectar la insulina y coordinar la alimentación con el gasto energético está controlada por un mecanismo parecido al interruptor activado después del ayuno para inhibir la respuesta a la insulina, reprimir la grasa marrón, y conservar la energía y apagarse después de la alimentación para facilitar la respuesta de la insulina para promover el dorado y para gastar energía.
«Lo que ocurre en el contexto de la obesidad es que el interruptor permanece encendido todo el tiempo- no se apaga durante la alimentación-. Como consecuencia, el bronceado se desactiva todo el tiempo y el gasto de energía disminuye, por lo que cuando come, no ve un aumento proporcional en el gasto de energía – y que promueve el aumento de peso», ha señalado el investigador principal Tony Tiganis.
Las investigaciones previas mostraron cómo el cerebro coordina el ‘tostado’ del tejido adiposo blanco ahora los investigadores están explorando aún más la posibilidad de inhibir el cambio con fines terapéuticos para promover el desprendimiento de exceso de grasa.
agosto 4/2017 (diariomedico.com)