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Un estudio del Hospital Valle de Hebrón, en Barcelona, muestra que los resultados terapéuticos en mujeres gestantes con cáncer de mama son equiparables a los de pacientes no embarazadas, por lo que subrayan que la interrupción del embarazo no debe ser una recomendación médica.
Las mujeres diagnosticadas de un cáncer de mama durante el embarazo pueden ser tratadas sin que éste empeore su pronóstico ni signifique un riesgo para el neonato, por lo que no hay necesidad de interrumpir el embarazo. Así se ha visto en un estudio con 49 pacientes que centra la tesis doctoral de Cristina Saura, responsable de la Unidad de Mama del Servicio de Oncología Médica del Hospital Valle de Hebrón, de Barcelona.
Confirmando lo observado en series precedentes europeas y norteamericanas, este trabajo muestra unos resultados terapéuticos equiparables a los de pacientes jóvenes no embarazadas, por lo que Saura remarcó que «abortar no cambia el pronóstico de las pacientes» y que el aborto «en ningún caso debería ser una recomendación médica», una negativa recogida en las propias guías clínicas. Asimismo, el seguimiento de los niños no registró malformaciones ni alteraciones neuropsicológicas o cardiacas ocasionadas por la exposición intrauterina a la quimioterapia.
Existen alternativas terapéuticas
Para Javier Cortés, director de la tesis y jefe de Sección de Cáncer de Mama y Tumores Ginecológicos del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, «los mensajes a extraer de este estudio es que hay alternativas terapéuticas para estas mujeres y que es preciso desterrar de una vez por todas el concepto de aborto terapéutico, porque con el aborto jamás curamos nada».
No obstante, Saura reseñó que para lograr estos resultados satisfactorios es necesario contar con un equipo multidisciplinar especializado y diseñar una estrategia terapéutica individualizada para cada paciente. «Una vez informada adecuadamente, es ella la que decide si sigue adelante con su embarazo». Según Cortés, dos centros en España han sido de los primeros en ofrecer un abordaje multidisciplinar, organizado e integral a estas mujeres, la Clínica Universitaria de Navarra y Valle de Hebrón, cuyo Centro de Cáncer de Mama cuenta desde 2006 con un protocolo de actuación y tratamiento en el que participan oncólogos, cirujanos, ginecólogos, obstetras y pediatras.
El objetivo es que el tratamiento de estos casos sea lo más parecido posible al de las pacientes no embarazadas. Esto incluye la cirugía, en cualquier momento del embarazo, y la quimioterapia con antraciclinas y taxanos a partir del segundo trimestre. «La quimioterapia queda filtrada por la placenta y llega muy poca cantidad al feto, por lo que en ningún caso empeora su pronóstico», detalló Saura. Por el contario, el uso de radioterapia y de fármacos biológicos está contraindicado.
Desconocimiento y miedo
Las mujeres diagnosticadas de un cáncer de mama durante el embarazo pueden ser tratadas sin que éste empeore su pronóstico ni signifique un riesgo para el neonato, por lo que no hay necesidad de interrumpir el embarazo. Así se ha visto en un estudio con 49 pacientes que centra la tesis doctoral de Cristina Saura, responsable de la Unidad de Mama del servicio de Oncología Médica del Hospital Valle de Hebrón de Barcelona.
Confirmando lo observado en series precedentes europeas y norteamericanas, este trabajo muestra unos resultados terapéuticos equiparables a los de pacientes jóvenes no embarazadas, por lo que Saura remarcó que «abortar no cambia el pronóstico de las pacientes» y que el aborto «en ningún caso debería ser una recomendación médica», una negativa recogida en las propias guías clínicas. Asimismo, el seguimiento de los niños no registró malformaciones ni alteraciones neuropsicológicas o cardiacas ocasionadas por la exposición intrauterina a la quimioterapia.
Para Javier Cortés, director de la tesis y jefe de sección de Cáncer de Mama y Tumores Ginecológicos del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, «los mensajes a extraer de este estudio es que hay alternativas terapéuticas para estas mujeres y que es preciso desterrar de una vez por todas el concepto de aborto terapéutico, porque con el aborto jamás curamos nada».
No obstante, Saura reseñó que para lograr estos resultados satisfactorios es necesario contar con un equipo multidisciplinar especializado y diseñar una estrategia terapéutica individualizada para cada paciente. «Una vez informada adecuadamente, es ella la que decide si sigue adelante con su embarazo». Según Cortés, dos centros en España han sido de los primeros en ofrecer un abordaje multidisciplinar, organizado e integral a estas mujeres, la Clínica Universitaria de Navarra y Valle de Hebrón, cuyo Centro de Cáncer de Mama cuenta desde 2006 con un protocolo de actuación y tratamiento en el que participan oncólogos, cirujanos, ginecólogos, obstetras y pediatras.
El objetivo es que el tratamiento de estos casos sea lo más parecido posible al de las pacientes no embarazadas. Esto incluye la cirugía, en cualquier momento del embarazo, y la quimioterapia con antraciclinas y taxanos a partir del segundo trimestre. «La quimioterapia queda filtrada por la placenta y llega muy poca cantidad al feto, por lo que en ningún caso empeora su pronóstico», detalló Saura. Por el contario, el uso de radioterapia y de fármacos biológicos está contraindicado.
julio 30/2017 (diariomedico)