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La gonorrea es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) sufrida desde hace milenos por los seres humanos. Ya el padre de la medicina, el griego Hipócrates (460 a. C. – 370 a. C.), describió la infección en su tiempo. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX cuando Albert L. Neisser descubrió el organismo que lo causa, el Neisseria gonorrhoeae.
Durante cerca de un siglo, los científicos han tratado de dar, sin éxito, con una vacuna eficaz contra esta enfermedad, de la que actualmente se infectan 78 millones de personas al año en todo el mundo, convertida en un problema de salud mundial por la resistencia a los antibióticos. Ahora, un estudio publicado en la revista The Lancet, asegura estar un paso más cerca de lograr la inmunización: ha concluido que la efectividad contra la gonorrea de la vacuna para la meningitis B (Neisseria meningitidis) es del 31%.
En Nueva Zelanda, entre julio de 2004 y junio de 2006, se llevó a cabo un programa de inmunización masiva contra la meningitis B en colegios e institutos con la vacuna MeNZB. Para este estudio, los investigadores, de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) y del Children’s Hospital de Cincinnati (EEUU), analizaron 14.730 casos de personas entre 15 y 30 años -nacidos de 1984 a 1998- con gonorrea, clamidia o ambas: 1.241 de gonorrea, 12.487 de clamidia y 1.002 de coinfección.
Es la primera vez que una vacuna muestra protección contra esta ETS.
Dar con una vacuna
La dificultad de desarrollar una vacuna efectiva radica las personas pueden reinfectarse, señala la principal autora del trabajo y profesora de la Universidad de Auckland, Helen Petousis-Harris. «La gente se reinfecta, así que, a diferencia de otras enfermedades, no podemos basarnos en la inmunidad natural«, añade.
Además, no hay modelos animales útiles sobre los que trabajar. «Los científicos trabajamos con muy pocas pistas en comparación a otras vacunas contra las que sí se ha desarrollado una vacuna», explica la investgadora. «Por ahora, no conocemos el mecanismo tras la respuesta inmune que produce esta vacuna, pero nuestras conclusiones podrían facilitar el futuro desarrollo de una vacuna tanto para la meningitis B como para la gonorrea», indica Petousis-Harris.
Los dos organismos que provocan estas enfermedades son «genéticamente homólogas», es decir, comparten entre el 80% y el 90% de sus genes estructurales. «Son como primos lejanos, lo que podría explicar la protección cruzada que ofrece la vacuna de la meningitis B», explica.
Cómo funciona la protección cruzada es «la pregunta del millón de dólares» para la experta.
Además, otro de los autores del trabajo, Steve Black, del Children’s Hospital, afirma a este diario que, a partir de ahora, podría llegar otro estudio que valide lo demostrado en este y, después, evaluar cómo se puede mejorar esta protección. «Actualmente hay dos vacunas utilizadas a nivel internacional que probablemente tengan un efecto similar, así que podríamos empezar a trabajar con lo que ya tenemos«, señala.
Alerta mundial de la OMS
En fecha reciente la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una alerta mundial por la creciente resistencia a los antibióticos que presenta la gonorrea. «La bacteria que causa esta enfermedad es especialmente astuta y siempre que utilizamos un nuevo tipo de tratamiento para tratar esta infección, el microbio aprende a resistir al fármaco», explicó en un comunicado la OMS, de cara al Congreso Mundial de ETS y VIH que se celebrado del 9 al 12 de julio en Brasil.
En este encuentro el organismo presentó dos estudios con datos relativos al tratamiento de la gonorrea en 77 países, que determinan resistencia a antibióticos como el ciprofloxacin -en el 97% de los estados-, la azitromicina -en el 81% de los países- y la cefalosporina y la cefixima -en el 66%-, por lo que urge el desarrollo de nuevos tratamientos y la mejora de la prevención.
El jefe de servicio de dermatología del Hospital Universitario de La Paz (Madrid) y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología, Pedro Herranz, advierte a este periódico que esta preocupación no es nueva. «Se renuevan las alertas cada vez que se constata que el fenómeno va en aumento», indica.
En España no hay datos fiables. «A pesar de ser una enfermedad de declaración obligatoria -los clínicos deben informar al Ministerio- hay muchos casos que no se registran«, señala Herranz.
La infección en España
Según datos de la Red de Vigilancia Epidemiológica, en 2015 hubo 2.742 casos nuevos en España, 1.700 más que en el 2000.
La gonorrea puede infectar los genitales, el recto y la garganta. Las complicaciones de una infección sin tratar afectan mucho más a las mujeres, en quienes puede llegar producir infertilidad o embarazos ectópicos.
«El problema es el infradiagnóstico, muchas veces la infección no da síntomas, y el cuerpo habitualmente no consigue vencer la infección por sí solo«, advierte Herranz.
La disminución en el uso de preservativos, el aumento del turismo, bajas tasas de detección de la infección y un tratamiento inadecuado están detrás del aumento de casos de gonorrea en todo el mundo, según la OMS.