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Las opciones de anticoncepción se han ampliado de forma notable en los últimos años con la introducción de sistemas cada vez más adaptados a la fisiología y necesidades femeninas.
Las pautas prolongadas o flexibles y el uso de estrógenos naturales en la anticoncepción hormonal y los nuevos dispositivos (DIU) en la intrauterina son los principales avances que se han producido en el campo de los anticonceptivos, tal y como explica José Ramón Serrano, presidente de la Sociedad Española de Contracepción (SEC): “En los últimos tiempos ha aumentado el uso de los LARC (métodos de concepción eficaz reversible de largo uso), mientras que ha habido un descenso en la utilización de los métodos irreversibles. Actualmente, la anticoncepción a largo plazo se considera estratégica para prevenir el embarazo en mujeres de alto riesgo y también en la prevención del aborto voluntario de repetición”.
Una de las novedades más significativas ha sido la introducción en el mercado del anticonceptivo oral que permite reducir el número de menstruaciones a cuatro al año. “Son píldoras combinadas (estrógenos y progesterona) que se toman de manera continuada durante un tiempo concreto, disminuyendo así la frecuencia de los sangrados por privación. Están indicadas en cualquier mujer que desee tener menos sangra y no presente contraindicaciones para su uso, y también en aquellas con dismenorrea, sangrado excesivo, síndrome premenstrual, endometriosis, dolor pélvico crónico, acné y patologías que se exacerban con la menstruación (migraña catamenial, asma, convulsiones, etc.)”, comenta Nuria Parera, jefa de la Unidad de Ginecología de la Infancia y la Adolescencia de Salud de la Mujer Dexeus.
Seguridad a largo plazo
Respecto a los efectos de la reducción de reglas que produce este método, Paloma Lobo, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Infanta Sofía, de Madrid, y vocal de la SEC, comenta que las pautas prolongadas son seguras y no se ha demostrado que su uso se acompañe de mayores tasas de efectos secundarios que la pauta cíclica convencional. “Desde el punto de vista médico sabemos que el sangrado en el intervalo libre de hormonas de siete días no es una menstruación, no es necesario y, en ocasiones, no es conveniente, y se puede modificar. Se ha demostrado que en esos días sin comprimidos activos se produce una elevación de los niveles endógenos de gonadotropinas que favorecen el crecimiento folicular, y si se produce un retraso en el inicio del siguiente envase puede ocurrir un escape ovulatorio y, como consecuencia, un fallo anticonceptivo. Además, la elevación de las hormonas endógenas favorece la aparición de síntomas durante esos días (dolor pélvico, tensión mamaria, distensión abdominal, hinchazón o cefalea). Prolongar la toma de comprimidos activos más allá de los 21 días proporciona una mayor supresión del eje hipotálamo-hipófisis-ovario; disminuye el riesgo de desarrollo folicular, contribuye a mitigar los síntomas asocia al intervalo libre de hormonas y reduce el número de sangra programa”. Lobo comenta también que, además de los casos de endometriosis, dismenorrea o sangrado abundante, cada vez son más las mujeres que no presentan problemas médicos pero que por su estilo de vida (trabajo, deporte) desean tener menos episodios de sangra, “por lo que estas pautas son una opción atractiva que debemos ofrecer durante el asesoramiento anticonceptivo”.
DIU de última generación
En el campo de la anticoncepción intrauterina, Serrano destaca las ventajas de los nuevos DIU de 10 años de duración; el nuevo DIU más fino, de más fácil inserción y con menos riesgos, y los DIU con liberación de hormona más pequeños y con una duración de tres años.
Respecto a este último, con un sistema a base de levonorgestrel y que es el dispositivo intrauterino hormonal más pequeño de los que existe en la actualidad, Lobo señala que se encuentra en el grupo de los LARC junto con los DIU de cobre, los de cinco años de duración y el implante subdérmico. “Todos ellos proporcionan anticoncepción eficaz durante largos periodos de tiempo y son altamente eficaces, muy seguros y coste-efectivos. El uso de los DIU tradicionalmente se reservaba para mujeres con deseos genésicos cumplidos, por sus supuestos efectos deletéreos no demostrados sobre la fertilidad futura, pero la recomendación actual es implementar estrategias para favorecer su utilización en poblaciones con elevado riesgo de gestación no planificada como las adolescentes y las mujeres jóvenes nulíparas. Otra indicación es el periodo intergenésico, y dado que este DIU y el resto de LARC hormonales sólo contienen gestágenos, se pueden utilizar en mujeres con lactancia materna”.
El DIU de levonorgestrel de tres años tiene algunas características que lo diferencian del de cinco años: “menos carga hormonal (por lo que tiene un menor efecto sistemico) menor tamaño y grosor (facilita su inserción en nulíparas y en general inserciones menos dolorosas en cualquier mujer); y patrón de sangrado más parecido a los anticonceptivos hormonales combinados con menos amenorreas”, dice Lobo.
Una de las cuestiones que se han planteado es el potencial papel protector que el DIU puede tener frente al cáncer de cérvix. En este sentido, Mercedes Andeyro, jefa del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Villalba (Madrid), comenta que “los DIU hormonales o DIU-LNG tienen efectos añadidos no anticonceptivos y favorecen la reducción del sangrado menstrual abundante y del dolor durante el ciclo. Con la evidencia disponible actualmente, el DIU podría reducir el riesgo de cáncer de cérvix, pero son necesarios más estudios para poder fortalecer la evidencia científica”.
Otra cuestión recurrente en la anticoncepción son los posibles efectos adversos de la píldora. “El más importante sigue siendo el riesgo de trombosis, pero también tiene efectos positivos, y se sabe que previene el cáncer de ovario, útero y colon. En cuanto al de mama, prácticamente no lo modifica”, explica Serrano.
Por su parte, Andeyro comenta al respecto que las dosis en la píldora han evolucionado en los últimos años, disminuyendo el estrógeno y ampliando la variedad de los diferentes gestágenos: “Según la OMS y la mayoría de las guías, la edad no es una contraindicación para el uso de la píldora de baja dosis en mujeres no fumadoras y que no presenten contraindicaciones médicas. Un gran inconveniente de los anticonceptivos hormonales en las mujeres maduras es la asociación a riesgos específicos para la salud (enfermedades cardiovasculares, algunos cánceres, obesidad) que deben ser evaluados, pero la evidencia disponible indica que los beneficios de la anticoncepción hormonal superan a los riesgos en mujeres sanas de cualquier edad. A excepción del tabaquismo, las limitaciones del uso de la píldora en mayores de 40 serían similares a las de las más jóvenes, y se relacionan especialmente con el riesgo de enfermedad cardiovascular”.
Objetivo, evitar olvidos de la píldora
Algunos estudios indican que un 39 por ciento de las mujeres olvida tomar la píldora al menos una vez al mes, y para evitarlo, los LARC son lo más recomendable. “En anticoncepción hormonal combinada hay dos opciones: pautas cíclicas con vías de administración no diarias como la transdérmica (un parche a la semana durante 3 semanas), o la vaginal (anillo durante 3 semanas), realizando en ambos casos una semana de descanso; y pautas prolongadas o continuadas, que pueden mejorar el cumplimiento al suprimir la transición entre envases de píldoras y podrían ser más permisivas con los olvidos que las pautas cíclicas convencionales”, dice Paloma Lobo.
‘Millennials’, una asignatura pendiente
Resultados de encuestas realizadas por Bayer entre 500 millennials (jóvenes nacidas entre las décadas de los 80 y 90) de toda España en el marco de una campaña cuyo objetivo es concienciar a las jóvenes sobre la importancia de informarse sobre anticoncepción y salud sexual.
Casi un tercio de las millennials considera que no es necesario consultar a los especialistas médicos sobre anticoncepción.
Solo el 64,2 % de las jóvenes consulta con su ginecólogo sobre el método anticonceptivo a utilizar por falta de tiempo (33,1%) o porque prefieren preguntar sobre estas cuestiones a personas cercanas (26,3 %).
Ala hora de escoger un método, estas jóvenes priorizan el que ofrezca libertad y que no haya que acordarse todos los días (53,9 %), que sea cómodo (52,9 %) y que procure el mayor grado de eficacia frente a embarazos no planificados (45,6 %).
El 24,38 % de las millennials cree tener la información suficiente para decidir cuál es el método más adecuado para ellas.
Entre este sector de la población siguen existiendo mitos y creencias como que el DIU sólo es adecuado para mujeres que ya han tenido hijos (15,1%), que la marcha atrás funciona en un alto porcentaje de casos (7,5%) o que en las primeras relaciones sexuales existe menos riesgo de quedarse embarazada (4%).
Cerca del 25 % suele tener vergüenza o no quiere hablar de estos temas con un desconocido.
junio 3/2017(diariomedico.com)