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Unos investigadores han ideado una forma de hacer que las células tumorales sean más susceptibles a ciertos tipos de tratamientos anticáncer. La novedosa táctica consiste, a grandes rasgos, en recubrir dichas células con nanopartículas antes de aplicar los fármacos.
«Colgando» cientos de nanopartículas en las superficies de las células tumorales en presencia de una fuerza mecánica, los investigadores hicieron que estas fueran más vulnerables ante el ataque de un fármaco que provoca que se suiciden (activa en ellas el proceso de la apoptosis). Parece que las nanopartículas amplifican las fuerzas mecánicas ejercidas sobre las células cancerosas por la sangre que fluye, lo que aumenta la probabilidad de que mueran.
En pruebas con ratones, el equipo de Michael Mitchell, del Instituto Koch para la Investigación Integral del Cáncer, dependiente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, encontró que las nanopartículas que “cuelgan” de las células hicieron un 50 por ciento más efectivo el fármaco que las impele a suicidarse, y esta combinación eliminó hasta el 90 por ciento de las células tumorales en los ratones.
Unos experimentos pioneros indicaron en su día que las células tumorales se vuelven más vulnerables a ciertos fármacos después de ser expuestas a fuerzas mecánicas de fluidos fisiológicos. Bajo estas condiciones de flujo, más células tumorales empezaron a morir en presencia de la sustancia terapéutica.
Eso llevó a los investigadores a teorizar que podrían hacer a las células aún más vulnerables al tratamiento si incrementaban las fuerzas que actuaban sobre ellas. Una forma de hacer eso es adherir diminutas partículas a las superficies celulares. Actuando como pelotas unidas a una cuerda, las partículas así unidas golpean y tiran de la superficie de la célula tumoral mientras pasa el flujo sanguíneo, haciéndolas más vulnerables al fenómeno, propiciado por el fármaco, que activa la señal de muerte celular.
Las nanopartículas, que pueden ser inyectadas en el torrente sanguíneo, están hechas de polímeros biodegradables.
marzo 29/2017 (noticiasdelaciencia.com)