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La leishmaniasis está causada por especies de protozoos del género Leishmania que se transmiten a humanos y animales a través de la picadura de la mosca de la arena. Las consecuencias suelen ser úlceras cutáneas, especialmente graves las próximas a las mucosas, pero también puede afectar a órganos internos como el hígado y el bazo. La enfermedad registra cerca de un millón de casos anuales en humanos, sobre todo en áreas tropicales, además de animales.
Ahora, investigadores de Estados Unidos y Brasil han dado un nuevo paso en pro de una vacuna contra esta enfermedad parasitaria, al caracterizar la estructura de una proteína procedente de la mosca de la arena que puede proveer inmunidad protectora a Leishmania.
Estudios previos habían demostrado que la exposición de ratones o hámsters a la saliva de la mosca de arena podía protegerlos contra la infección de los protozoos del género Leishmania. Los científicos se han dirigido a una proteína llamada SALO (Salivary Anticomplement de Lutzomyia longipalpis), como el agente clave en la respuesta inmune de la mosca de la arena. Y es esta la proteína que se está barajando como vacuna candidata para inmunizar a seres humanos contra la leishmaniasis.
En el trabajo, publicado en PLOS Neglected Tropical Diseases, el equipo liderado por Oluwatoyin Asojo puso el gen SALO en células de levadura para producir la proteína SALO. Después, estudiaron la versión recombinante de SALO probando su efecto sobre el sistema inmune de los roedores y determinando su estructura física.
Los investigadores mostraron que la versión recombinante de SALO produjo la reacción inmune esperada en los ratones. También determinaron que SALO no tenía similitudes apreciables con la estructura de ninguna proteína humana, y que solamente tenía algunas semejanzas limitadas con otras proteínas del insecto. Además, fueron capaces de identificar tres partes de la estructura que interactúan con las células inmunes humanas.
Según indican en el estudio, «se demuestra que SALO es adecuada para ampliar la escala, fabricándola y probándola como una vacuna candidata contra la leishmaniasis», y concluyen que «la estructura de SALO es nueva y única en la mosca de la arena sin que exista semejanza con ninguna secuencia de proteínas o estructura de los humanos».
En el trabajo han participado el Baylor College of Medicine (Estados Unidos), el National Institute of Allergy and Infectious Diseases (Estados Unidos), la Universidade Federal de Minas Gerais (Brasil) y Baylor University (Estados Unidos).
marzo 15/2017 (noticiasdelaciencia.com)