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Además de la mejorar la función sexual, la terapia con testosterona mejora la densidad ósea y reduce la anemia, pero sus efectos no alcanzan la función cognitiva y son controvertidos en el riesgo cardiovascular.
Con la edad, los niveles de testosterona descienden en los varones, lo que en ocasiones se asocia a una disminución de la función física, sexual y en la vitalidad. Los tratamientos androgénicos con testosterona en gel buscan paliar estos síntomas; si bien estas terapias parecen aumentar la masa muscular y reducir la grasa, no se había confirmado fehacientemente su impacto global en la salud. Por ello, el Instituto de Medicina estadounidense recomendó realizar una serie de ensayos clínicos coordinados para evaluar ese beneficio.
Así surgen los Ensayos de Testosterona (TTrials), siete estudios clínicos aleatorizados y controlados con placebo que incluyeron a 790 varones de al menos 65 años y con un descenso de la testosterona debido al envejecimiento, de doce centros diferentes en Estados Unidos.
Los primeros resultados de estos trabajos aparecieron en The New England Journal of Medicine y revelaron que la hormona elevaba la función sexual, no así la capacidad física ni la vitalidad de los varones tratados.
Ahora se publican cinco trabajos sobre los efectos de la testosterona en The Journal of American Medical Association (JAMA) y en JAMA Internal Medicine, aportando conclusiones encontradas.
Cuatro de los cinco estudios forman parte de los referidos TTrials, dirigidos por Peter J. Snyder, de la Universidad de Pensilvania. Los trabajos indican que un año con el tratamiento en gel aumenta la densidad ósea y la fuerza, y reduce la anemia. No obstante, no tiene ningún efecto en la función cognitiva (como en la memoria) y podría aumentar la placa de ateroma en las coronarias
Precisamente, el quinto estudio, en JAMA Internal Medicine, con T. Craig Cheetham, del Kaiser Permante California, analiza la terapia hormonal sustitutiva con testosterona y sus efectos cardiovasculares. Este trabajo observacional se ha llevado a cabo con 8808 varones de 40 años o más a los que se había prescrito la terapia hormonal bien inyectada, oral o tópica. Esas prescripciones redujeron el riesgo de eventos cardiovasculares durante un seguimiento de tres años de media.
«Mirando globalmente la terapia con testosterona, la evidencia más fuerte es sobre su efecto en la función sexual», apunta Thomas Gill, profesor de Medicina de la Fundación Humana y otro de los autores principales de los TTrials. Los últimos resultados de los ensayos demuestran que la densidad ósea y los niveles de hemoglobina estarían entre los beneficios adicionales. Sin embargo, los resultados cardiovasculares suscitan cierta preocupación, matiza Gill, que habría que disipar con estudios más amplios.
febrero 23/2017 (diariomedico.com)
Estudios sobre la testosterona y hombres mayores