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Los niveles de ciertos microARNs en el suero podrían ser utilizados como biomarcadores para monitorizar la progresión de la esclerosis múltiple, indica un estudio dirigido por la Universidad de Harvard.
La esclerosis múltiple es un desorden neurodegenerativo y autoinmune del sistema nervioso central, caracterizado por la pérdida de la mielina o cubierta protectora que rodea a las neuronas. Varios de los rasgos de la esclerosis múltiple pueden ser observados y evaluados mediante neuroimagen, lo que ha llevado a que la resonancia magnética sea una de las herramientas principales para diagnosticar y monitorizar la enfermedad. Sin embargo, la esclerosis múltiple es una enfermedad heterogénea y los resultados obtenidos en la neuroimagen no siempre son generalizables a todos los grupos de edad o poblaciones, lo que plantea la necesidad de otros biomarcadores más precisos.
Los microARNs, moléculas pequeñas de ARN reguladoras de la expresión génica, han surgido a lo largo de los últimos años como potenciales biomarcadores para un amplio abanico de condiciones o situaciones fisiológicas. Los cambios en los niveles normales de microARNs se relacionan a menudo con la aparición de enfermedades y son relativamente fáciles de detectar y medir, lo que ofrece algunas ventajas frente a otros biomarcadores. Por esta razón, los investigadores se plantearon la posibilidad de que los niveles de microARNs en suero pudieran utilizarse para monitorizar la evolución de la esclerosis múltiple en pacientes.
Con el objetivo de confirmar su hipótesis, el equipo evaluó, en primer lugar, si existe una relación entre los niveles de microARNs en suero y las medidas habituales obtenidas mediante resonancia magnética de los pacientes con esclerosis múltiple.
Para ello, compararon las medidas de microARNs obtenidos del plasma sanguíneo con los resultados de resonancia magnética en 120 pacientes con esclerosis múltiple. Los investigadores detectaron asociaciones protectoras y patogénicas entre firmas moleculares definidas por microARNs concretos y resultados de la resonancia magnética. Concretamente, los microARNs hsa.miR.142.5p, hsa.miR.143.3p, hsa.miR.181c.3p, y hsa.miR.181c.5p mostraban una correlación protectora, mientras que hsa.miR.486.5p y hsa.miR.92a.3p tenían una correlación patológica con características concretas de la neuroimagen. Además, encontraron que diferentes conjuntos de microARNs estaban asociados a las medidas de neuroimagen de la espina dorsal (que reflejaban tanto lesiones como atrofia) respecto a las del cerebro.
Los microARNs podrían servir como biomarcadores para evaluar la progresión de la esclerosis múltiple, una vez validados y estandarizados para el ámbito clínico. Imagen: Estructura molecular de un microARN. 2jxv. QuteMol.
Los microARNs podrían servir como biomarcadores para evaluar la progresión de la esclerosis múltiple, una vez validados y estandarizados para el ámbito clínico. Imagen: Estructura molecular de un microARN. 2jxv. QuteMol.
Por otra parte, los investigadores encontraron varios microARNs asociados a medidas clínicas de discapacidad en los pacientes en un conjunto de pacientes, aunque el resultado no pudo ser replicado en una segunda muestra.
“Estos resultados nos dicen que la enfermedad es heterogénea. Existe un complejo conjunto de mecanismos en juego y podría variar de paciente en paciente,” indica Rohit Bakshi, co-director del trabajo e investigador en el Brigham and Women’s Hospital. “Otra implicación de esta investigación es que podría llevar eventualmente a disponer de una prueba en sangre que identifique el subtipo de esclerosis múltiple en un paciente, para ayudar a guiar las decisiones terapéuticas y el pronóstico.”
Los resultados del trabajo no son definitivos y serán necesarios otros estudios en diversas poblaciones y grupos de edad para perfilar y optimizar la información obtenida. También será necesario evaluar cómo otros factores influyen sobre los niveles de los microARNs en los pacientes. No obstante, el estudio abre una vía muy interesante hacia el desarrollo de nuevos marcadores biológicos para la esclerosis múltiple. La esperanza, concluye Darin T Okuda en un editorial que acompaña al artículo, es que en el futuro se pueda estimar el estado de la enfermedad antes incluso de que se produzcan daños en el sistema nervioso central.
“Los microARNs podrían servir como biomarcadores de los procesos subyacentes de la esclerosis múltiple, una vez validados y estandarizados para el ámbito clínico,” señala Roopali Gandhi, codirector del trabajo. “Además, estos marcadores tienen el potencial de proporcionar nuevas dianas de tratamiento.”
febrero 9/2017 (revistageneticamedica.com)
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Association Between Serum MicroRNAs and Magnetic Resonance Imaging Measures of Multiple Sclerosis Severity
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