ene
31
Un deterioro rápido de la diabetes debería alertar sobre el riesgo de cáncer de páncreas, advierte un estudio epidemiológico.
Una progresión rápida de la diabetes, que exija pasar a un tratamiento más intensivo, puede ser un signo de cáncer de páncreas en su estado inicial, según se desprende de un estudio presentado en el Congreso Europeo del Cáncer (ECCO2017), en Ámsterdam.
Alice Koechlin, del Instituto Internacional de Investigación en Prevención, en Lyon (Francia), y autora del trabajo ha expuesto esta conclusión, que nace del análisis de cerca de un millón de pacientes con diabetes tipo 2, en Lombardía, en Italia, y Bélgica. La mitad de todos los tumores de páncreas registrados en los pacientes diabéticos de estas regiones se diagnosticaron en el año siguiente al diagnóstico de la diabetes tipo 2 y una vez que se les había prescrito por primera vez un tratamiento para controlarla.
«En Bélgica, el 25 por ciento de los casos del cáncer se detectaron durante los siguientes 90 días y en Lombardía, fue el 18 por ciento. Tras el primer año, la proporción de diagnósticos de tumores de páncreas cayó dramáticamente», dice la investigadora.
El cambio del tratamiento de los antidiabéticos orales en los pacientes diabéticos a las incretinas o la insulina ocurrió más rápidamente en los pacientes que después recibieron un diagnóstico de tumor de páncreas. Además, el sufrir un deterioro que requería una terapia más intensiva con insulina inyectada se asoció a siete veces más riesgo de recibir el diagnóstico del cáncer.
En Bélgica, identificaron 368 377 pacientes con diabetes tipo 2 entre 2008 y 2013, y otros 456 311 pacientes en Lombardía, entre 2008 y 2012. Durante esos periodos se registraron 885 y 1872 casos de cáncer pancreático, respectivamente.
Koechlin afirma que «aunque ya se conocía la asociación entre diabetes tipo 2 y cáncer de páncreas, esta relación es compleja. Las terapias con incretinas reducen la hiperglucemia en diabetes a través de la estimulación del páncreas para que libere insulina. Estos fármacos se prescriben normalmente cuando los antidiabéticos orales ya no controlan los niveles de glucosa. Debido a esos efectos estimuladores sobre páncreas, se ha sospechado durante tiempo que las terapias con incretinas podría promover la aparición del cáncer. No obstante, también se sabe que el cáncer de páncreas puede causar diabetes. Nuestro estudio demuestra que las incretinas se prescriben a menudo a los pacientes cuya diabetes está causada por un tumor que no se ha diagnosticado». La investigadora recuerda que puesto que el cáncer de páncreas permanece largamente asintomático, parece que es la ingesta de incretinas lo que desata la aparición del tumor, cuando en realidad es el cáncer incipiente lo que estás detrás de un acusado deterioro de la diabetes, que requiere nuevas prescripciones. Este efecto causal inverso que se ha observado en las incretinas podría también encontrarse en otros tratamientos antidiabéticos, en concreto, la insulina.
El mensaje para los médicos es claro, según Koechlin: «Deberían ser conscientes de que el inicio de la diabetes o un rápido deterioro de la enfermedad podría ser el primer signo de cáncer de páncreas oculto, e iniciar los pasos para investigarlo».
Para el oncólogo de la Universidad de Gotemburgo Peter Naredi, presidente de ECCO, «dada la gravedad de este cáncer y puesto que solo un minoría de los casos se detecta en un estadio curable, tenemos que encontrar vías mejores para una detección precoz. Se han hecho avances en la búsqueda de biomarcadores sanguíneos. Este estudio abre la posibilidad de combinar el diagnóstico de una enfermedad asociada, la diabetes tipo 2, con esos marcadores. Es un paso en la dirección adecuada si podemos elevar al proporción de tumores precoces».
enero 30/2017 (diariomedico.com)
Comments
Noticias anteriores a 2010
Suscripción AL Día
