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La sobreexpresión de la proteína cinasa GRK2 en modelos experimentales de cáncer de mama y en pacientes con carcinoma ductal abre nuevas puertas al control de la enfermedad, aportando dianas de bloqueo, publica EBioMedicine.
El cáncer de mama es la enfermedad tumoral más frecuentemente diagnosticada en mujeres y engloba diversos tipos histológicos con diferentes características moleculares, algunas de las cuales tienen valor pronóstico. De hecho, la eficacia de los tratamientos ha ido parejo al descubrimiento de las «dependencias moleculares» que presentan ciertos tipos de tumores de mama.
La sobreexpresión de la proteína HER2 en el 20 por ciento de los tumores de mama o la sensibilidad a las hormonas progesterona y estrógenos en los tumores de tipo luminal han guiado el diseño de fármacos dirigidos contra HER2 o los receptores de hormonas, mejorando el resultado clínico en esos pacientes.
Sin embargo, los tumores de tipo basal, también denominados triple negativo -negativos para el receptor de estrógenos (ER), de progesterona (PR) y el receptor HER2)- y cuya evolución es muy agresiva, no tienen opciones de terapia dirigida, tratándose con compuestos citotóxicos y citostáticos que poseen efectos secundarios. Otro aspecto crítico es que, una vez identificado el tratamiento adecuado, el potencial terapéutico puede estar limitado por la aparición de resistencias cuya base molecular se desconoce, favoreciendo incluso la progresión hacia la enfermedad metastática.
Nuevas dependencias
Por lo tanto, es fundamental encontrar nuevas dependencias moleculares en el crecimiento y la viabilidad de las células cancerosas con el fin de detener la progresión de la enfermedad. Con este objetivo, un equipo del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, de la Universidad Autónoma de Madrid ha identificado la sobreexpresión de la cinasa GRK2 en modelos experimentales de cáncer de mama y en pacientes con carcinoma ductal, según los datos publicados en EBioMedicine.
Los resultados del equipo, encabezado por Laura Nogués, fruto de una colaboración internacional dirigida por Petronila Penela y Federico Mayor, de la Universidad Autónoma de Madrid en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa ponen de manifiesto que esta proteína estimula el crecimiento tumoral regulando la actividad de HDAC6 y Pin1, dos factores claves en la señalización oncogénica de células tumorales de mama tanto luminales como basales. La modificación de HDAC6 por GRK2 permite la de-acetilación y la activación de Pin1, lo cual estimula numerosos factores mitóticos y la proliferación celular.
El trabajo proporciona nuevas claves sobre el control de la proliferación celular y propone potenciales dianas (actividad de GRK2, de-acetilación de Pin1) cuyo bloqueo podría combinarse con tratamientos convencionales para una inhibición eficaz del crecimiento tumoral.
enero 18/2017 (diariomedico.com)