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La medicina regenerativa es la ciencia que estudia el uso de células madre, o células troncales, para regenerar las células y los tejidos del cuerpo humano, con el objetivo de restablecer su forma normal y su función. Se basa en el concepto de que los cirujanos plásticos pueden aprovechar los poderes propios del cuerpo para curarlo en lugar de confiar exclusivamente en los medicamentos o procedimientos quirúrgicos invasivos.
Los tratamientos con células madre se dividen en dos clases:
En la actualidad existen ensayos clínicos que incluyen tanto terapias autólogas como alogénicas. Estos ensayos incluyen una amplia gama de estados patológicos (cardíacos, neurológicos, autoinmunes, ortopédicos, etc.).
Los tratamientos autólogos pueden realizarse en una única sesión operatoria. El procedimiento utiliza las propias células del paciente. Son células extraídas de un tejido, y luego reinyectadas de nuevo en el cuerpo.
Las terapias alogénicas utilizan células madre de donantes. Antes de que estas células puedan ser colocadas en otro ser humano, deben someterse a extensas pruebas de enfermedades; las células suelen ser expandidas en laboratorios para obtener mayores recuentos celulares.
Tipos de células madre
Las células madre se derivan de diversas fuentes de tejido. Cada fuente de tejido tiene unas características diferentes:
Células madre embrionarias (ES)
Las células madre embrionarias se derivan del embrión de un bebé nonato. Se aislaron por primera vez en embriones de ratón en 1981. Han estado rodeadas de controversia desde el inicio debido a cuestiones éticas y religiosas. Actualmente se utilizan para la investigación y la comprensión de cómo funcionan las células regenerativas.
Células madre adultas (ASC)
Las células madre se pueden encontrar en todos nuestros tejidos adultos. Con el estímulo adecuado pueden diferenciarse para regenerar huesos, cartílagos y tejido adiposo entre otros. Las dos fuentes más conocidas de células madre adultas son la médula ósea y el tejido adiposo.
Célula madre pluripotente inducida (IPS)
Las células IPS no provienen de embriones, sino de células adultas. Su código genético se manipula para que se conviertan en «pluripotentes», lo que significa que pueden diferenciarse, o convertirse en cualquier otro tipo de célula. Las células IPS tienen un perfil de riesgo más alto que las células madre adultas y las células madre embrionarias.
Nuestro propio tejido graso es una fuente muy rica de células madre mesenquimales, también conocidas como células troncales derivadas del tejido adiposo (ADSC), con capacidad para generar nuevo tejido adiposo, vasos sanguíneos y factores de crecimiento para producir más de un tipo de célula especializada del organismo. El tejido adiposo ofrece ventajas sobre el tejido de la médula ósea. No solo por su facilidad de extracción respecto a la médula ósea, sino porque en 28 gramos de grasa hay entre 300 y 500 veces más células madre que en 28 gramos de médula ósea.
Tratamiento con células madre adiposas
Debido a su abundancia en el cuerpo, la mayoría de los procedimientos que utilizan células madre adiposas autólogas no requieren que las células se expandan en el laboratorio. Esto significa que la mayoría de las terapias adiposas se pueden realizar en una única sesión operatoria. Una gran ventaja en comparación con la mayoría de las terapias con células madre procedentes de la médula ósea, ya que estas necesitan ser expandidas durante días en un laboratorio antes de que puedan ser reinyectadas de nuevo en el paciente.
El desarrollo y perfeccionamiento de las técnicas para transferir el tejido graso de una manera mínimamente invasiva ha supuesto un avance significativo en la medicina regenerativa quirúrgica, ya que permite la regeneración de tejido en otras partes del cuerpo del paciente a partir de su tejido graso sobrante. Esta técnica está revolucionando muchos procedimientos reconstructivos, incluyendo la reconstrucción mamaria. También se emplea en el campo de la cirugía estética para el aumento de mamas, el rejuvenecimiento facial y de manos, la remodelación del área pectoral, aumento de mentón, pómulos y del área de la mandíbula…
Los resultados son definitivos y naturales, ya que no se emplean prótesis ni materiales sintéticos. No existen problemas de rechazo o intolerancia por parte del paciente ya que se trata de un tejido procedente de su propio cuerpo.
diciembre 29/2016 (noticiasdelaciencia.com)