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Un estudio, llevado a cabo por investigadores de Canadá, que se publica en Current Biology encuentra evidencias de la existencia de la especie Plasmodium falciparum, responsable del paludismo en varias poblaciones de la Antigua Roma en Italia.
Un análisis de restos humanos de hace 2000 años encontrados en varias regiones de la península Itálica ha confirmado la existencia del paludismo durante el Imperio Romano, generando un largo debate sobre su presencia en esta civilización antigua. La respuesta está en la evidencia genómica mitocondrial del paludismo vista en los dientes de los cuerpos enterrados en tres cementerios italianos, que datan de los siglos I a III después de Cristo.
Los investigadores han subrayado la importancia de los datos genómicos, ya que sirven como un punto de referencia clave para saber dónde y cuándo existió el parásito en los seres humanos, y proporciona más información sobre la evolución de la enfermedad. «El paludismo era probablemente un significativo patógeno histórico que causó una extensa mortalidad en la Antigua Roma», ha dicho el genetista evolutivo Hendrik Poinar, director del Centro de ADN Antiguo de McMaster, en Hamilton, Canadá, donde se realizó el trabajo.
«Existen varios escritos que describen fiebres que parecen ser producidas por el paludismo en la Antigua Grecia y Roma, pero se desconoce la especie concreta de las especies responsables», ha añdido Stephanie Marciniak, exestudiante postdoctoral en el Centro de ADN Antiguo y ahora becario postdoctoral en la Universidad Estatal de Pensilvania. «Nuestros datos confirman que la especie pudo ser Plasmodium falciparum y que afectó a las personas en diferentes ambientes ecológicos y culturales. Estos resultados abren nuevas preguntas a explorar, en particular, hasta dónde se había extendido el parásito, y el peso que supuso sobre las comunidades romanas de Italia».
Un análisis minucioso
Utilizando técnicas desarrolladas en McMaster y en el extranjero, los autores de este trabajo, tomaron pequeños fragmentos de ADN de la pulpa dental y consiguieron extraer y purificar las especies de Plasmodium que se sabe que infectan a los humanos.
Marciniak, Poinar y Tracy Prowse, de McMaster, junto a Luca Bandioli, del Museo Nacional de Prehistoria y Etnografía de Luigi Pigorini en Roma, y Edward Holmes de la Universidad de Sydney, en Australia, recuperaron más de la mitad del genoma mitocondrial de P. Falciparum de dos individuos de Velia y Vagnari. Esta variante sigue siendo el parásito transmisor del paludismo más frecuente en el África subsahariana y el más mortífero en el mundo, responsable del mayor número de muertes relacionadas con el paludismo.
diciembre 12/2016 (diariomedico.com)