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Un grupo de investigadores del Laboratorio de Óptica de la Universidad de Murcia (LOUM), en España, ha descubierto que un músculo del ojo, cuyo funcionamiento resulta esencial para evitar la presbicia, sigue funcionando en personas mayores. ¿Y qué significa esto? Pues que quizás estos científicos hayan enfilado el camino para prevenir la vista cansada o presbicia.
El descubrimiento tiene tal importancia que las conclusiones han sido publicadas en la revista Scientific Reports, propiedad del grupo Nature; todo un referente en investigación.
Conviene recordar que la presbicia puede irrumpir en nuestra vida a partir de los 40 o 45 años, cuando el cristalino, los músculos y los ligamentos que lo rodean —implicados en el enfoque de los objetos lejanos y cercanos— pierden parte de su elasticidad y potencia. Estamos ante un problema que lejos de estancarse, empeora con los años.
La presbicia afecta a un 81 % de la población española mayor de 40 años, mientras que el porcentaje alcanza hasta el 98 % en aquellas personas mayores de 65 años. Todos ellos presentan síntomas comunes como, por ejemplo, la necesidad de alejar sus móviles para leer mejor.
Sirva esta introducción para explicar la magnitud del problema y la importancia del descubrimiento de estos científicos murcianos. Para Pablo Artal, investigador principal, el hallazgo impulsará ‘la búsqueda y el desarrollo de importantes aplicaciones prácticas que realmente solucionen la presbicia al hacer uso de la fuerza de contracción restante que todavía conserva el músculo en el ojo envejecido’.
El citado estudio ha avalado la tesis de estos investigadores que intuían que el músculo ciliar seguía funcionando en las personas octogenarias a las que se les había reemplazado el cristalino por una lente intraocular a raíz de una operación de cataratas.
Un dato que hasta este estudio se ignoraba. ¿Y por qué? Juan Tabernero, otro de los artífices del hallazgo, lo explica muy bien: ‘Las técnicas que se utilizaban para visualizar el mecanismo de funcionamiento del músculo ciliar eran difíciles de aplicar en sujetos de mayor edad’.
Sin embargo, los investigadores han resuelto esta coyuntura aplicando una técnica que ellos mismos han desarrollado: ’Nos decantamos por emplear nuestro propio método, que consiste en el registro a muy alta velocidad de imágenes reflejadas en la lente que oscila cuando la persona realiza movimientos del ojo al cambiar la dirección de la mirada’. Así, el descubrimiento abre un nuevo camino para la prevención de esta dolencia de la que nada puede librarnos.
Algunos expertos sostienen, no obstante, que la presbicia podría ser una consecuencia de nuestro estilo de vida cada vez más tecnológico y alejado de la naturaleza —nuestro auténtico hábitat—. En relación con esto, un reciente descubrimiento parece haber derribado esta teoría, ya que un grupo de investigadores de la Universidad de Kyoto ha encontrado indicios de que los bonobos, una de las cuatro especies de grandes simios actuales, también sufre de presbicia. Los científicos simplemente se han fijado en un detalle: los ejemplares más ancianos se alejan cada vez más de su compañero cuando se proponen desparasitarlo, ya que así ven mejor. Justo lo mismo que le sucede a una persona con presbicia al leer.
Esperamos que las investigaciones de este equipo de Murcia prosperen y pronto podamos hallar una solución a un problema que es muy probable que acabe afectándonos a todos.
diciembre 6/2016 (noticiasdelaciencia.com)