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Los cambios de pauta de inicio debidos a efectos adversos afectan solo al 5 por ciento de los pacientes, según un estudio de la Cohorte de la Red de Investigación en SIDA ( CoRIS).
Las actuales pautas de tratamiento para el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) han demostrado que reduce en un plazo breve la carga de virus en sangre de los pacientes afectados, según el estudio desarrollado en el marco de la Cohorte de la Red de Investigación en SIDA (CoRIS), dirigido por investigadores del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (CNE-ISCIII).
El estudio, que se ha presentado en el Congreso Nacional de GeSIDA, el Grupo de Estudio de Sida de la Sociedad Española de Microbiología Clínica (Seimc), que se celebra en San Sebastián, ha desvelado que el 79 por ciento de los pacientes ven cómo su carga viral en sangre se reduce drásticamente en los seis meses desde el inicio del tratamiento.
Este hallazgo se deriva de los datos de CoRIS, cohorte que desde 2004 realiza seguimiento a más de 12 000 pacientes VIH positivos de 42 centros y hospitales de toda España. El estudio ha sido liderado por Inma Jarrín, de CNE-ISCIII, y es fruto de la colaboración entre CoRIS y la empresa ViiV Healthcare.
La investigación ha revelado que durante el primer año de tratamiento se modifica la pauta de inicio al 15 por ciento de los pacientes. Además, solo el 5 por ciento de las pautas de inicio se interrumpen por efectos adversos (mayoritariamente problemas neuropsiquiátricos), el 6 por ciento debido a una reducción en el número de pastillas y únicamente en el 1 por ciento de los casos, debido a un fallo en el funcionamiento del tratamiento.
Para llegar a estas conclusiones, las autoras de este subestudio analizaron la información de 952 pacientes VIH+ que habían iniciado tratamiento entre el 1 de septiembre de 2014 y el 30 de noviembre de 2015.
El inicio del tratamiento antirretroviral, sin embargo, tiene implicaciones psicológicas para los pacientes según Jarrín: «Una investigación cualitativa exploratoria nos ha mostrado que en ese momento muchos de los pacientes empiezan a ‘sentirse enfermos’ y a temer que su círculo cercano conozca que viven con VIH».
diciembre 4/2016 (diariomedico.com)