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Un estudio internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) por el que se ha realizado el trasplante y caracterización de diferentes tipos de progenitores celulares hemato-vasculares en ratones neonatos.
La transferencia de células progenitoras de hígado fetal puede emplearse para crear injertos vasculares en diferentes órganos, según un estudio internacional liderado por el CSIC, que podría tener aplicaciones en el futuro tratamiento de recién nacidos con problemas vasculares congénitos.
Los investigadores de este trabajo, publicado en la revista Stem Cell, han alcanzado esta conclusión mediante el trasplante y caracterización de diferentes tipos de progenitores celulares hemato-vasculares en ratones neonatos.
Los injertos vasculares suelen emplearse en la reparación de vasos sanguíneos afectados en enfermedades obstructivas, como la oclusión por fibrosis, la arteriosclerosis, y las malformaciones congénitas, entre otras, y enfermedades que alteran el flujo sanguíneo, como los aneurismas y las embolias.
«Este tipo de células progenitoras se encuentran en diferentes estadios del desarrollo del hígado fetal y han demostrado una capacidad de generar injertos vasculares estables en neonatos mucho mayor que la de células hemato-vasculares aisladas de hígado y de médula ósea de adulto», explica la investigadora del CSIC María José Sánchez, del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo en Sevilla.
Los resultados de los experimentos de este estudio orientados al seguimiento, generación, expansión y estabilización del injerto, sugieren que a partir de las tres semanas después de la intervención los nuevos vasos sanguíneos derivados del trasplante se encuentran conectados al sistema vascular del órgano y pueden considerarse funcionales.
octubre 17/ 2016 (Ediciones médicas)