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Un nuevo estudio demuestra cómo los protocolos de enfermería escritos cuidadosamente pueden reducir drásticamente el tiempo de permanencia en el servicio de urgencias (ED) para ciertos pacientes específicos.
Investigadores de la Universidad de Toronto (Canadá) y del hospital Real Alexandra, Edmonton, Canadá, llevaron a cabo una evaluación controlada, pragmática, aleatorizada por computador, de seis protocolos iniciados por las enfermeras en un ED concurrido, lleno de gente, del interior de la ciudad, como una estrategia potencial para mejorar el flujo de pacientes. Los resultados primarios fueron el tiempo hasta la prueba de diagnóstico, el tiempo hasta el tratamiento, el tiempo hasta la consulta o la duración de la estancia en el ED.
Los resultados revelaron que los protocolos, promovidos por las enfermeras, reducen el tiempo medio necesario para administrar el analgésico, acetaminofén, a los pacientes en el ED con dolor o fiebre, por más de 3 horas y disminuyó el tiempo medio hasta la prueba de la troponina para los pacientes de urgencias con dolor en el pecho sospechoso de ser un ataque al corazón, en 79 minutos. La duración de la estancia en el ED se redujo en 224 minutos mediante la implementación de un protocolo de fractura de cadera sospechada y un protocolo para el sangrado vaginal durante el embarazo, redujo la mediana de la duración de la estancia en el ED por casi cuatro horas. El estudio fue publicado en la revista Annals of Emergency Medicine.
“Los protocolos que son impulsados por las enfermeras no son una solución ideal, pero sí son una medida de emergencia para hacer frente al enorme problema de los largos tiempos de espera en los servicios de urgencias, especialmente para los pacientes con problemas complejos”, dijo el autor principal, el educador de enfermería clínica, Mateo Douma, RN, BSN.
“Teniendo en cuenta las largas esperas que muchos pacientes de urgencias deben aguantar antes del tratamiento para el dolor, el protocolo del acetaminofén fue una victoria rápida. El hacinamiento en el servicio de urgencias seguirá requiriendo estrategias amplias y creativas para asegurar la atención oportuna a nuestros pacientes”.
Hay básicamente dos tipos de protocolos utilizados en el servicio de urgencias: los protocolos destinados a acelerar la atención y los protocolos destinados a normalizar la atención de los pacientes. El resultado es que en lugar de esperar a que un médico ordene pruebas comunes de base, las enfermeras pueden ordenar las pruebas inmediatamente de acuerdo con los protocolos establecidos, para ahorrar tiempo en las pruebas que el médico requiera. Para ejemplos, a un paciente que entra en el servicio de urgencias con una queja respiratoria, ya le han practicado las pruebas pertinentes para el momento en que el médico es capaz de ver al paciente, lo que permite una atención adecuada antes en el proceso.
octubre 09/ 2016 (Hospimedica)