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Al analizar cerebros de ratones recién nacidos expuestos al virus del Zika durante la gestación, científicos de la Universidad de São Paulo (USP), en Brasil, observaron que el mismo es capaz de modular la respuesta inmunológica en el sistema nervioso central del huésped, de manera tal de impedir una inflamación exacerbada que podría resultarle perjudicial.
El pasado 1º de septiembre, Jean Pierre Peron, docente del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICB) de la USP, dio a conocer datos preliminares de esta investigación, que contó con el apoyo de la FAPESP, durante la 31ª Reunión Anual de la Federación de Sociedades de Biología Experimental (FeSBE) de Brasil, realizada en la ciudad de Foz do Iguaçu, en el estado sureño de Paraná.
«No existe encefalitis y no hay una infiltración de células de defensa en la zona, ni tampoco macrófagos ni linfocitos. Parece que el virus logra modular la inflamación local. Las lesiones cerebrales estarían más bien relacionadas con un daño directo que el virus causa en las células», sostuvo Peron.
El científico integra la Red Zika y también el grupo de autores que publicó en mayo pasado –en la revista Nature– la evidencia definitiva de que la infección por el virus del Zika durante la gestación puede causar malformación cerebral congénita en el feto.
En el trabajo anterior, el grupo infectó hembras de ratones entre el 10º y el 12º día de gestación y demostró que el virus del Zika es capaz de atravesar la barrera placentaria e infectar y matar a las células que darían origen al cerebro de las crías. Aparte de padecer malformaciones cerebrales, los animales también nacieron menores.
«Luego de esa publicación, los estudios siguieron adelante. Analizamos la expresión de todos los genes del cerebro de los roedores recién nacidos para ver qué había aumentado y qué había disminuido en comparación con el grupo del control. Y los resultados mostraron que la expresión de citocinas inflamatorias en general había disminuido», comentó Perón.
Curiosamente, no se detectó una merma en la expresión de interferón beta (INFß), una citocina capaz de enlazarse con las células infectadas y activar una vía de señalización que lleva a la muerte celular.
«Es sabido que la producción de citocinas tipo interferón alfa y beta resulta importante para eliminar el virus del organismo de manera eficaz. Creemos que, debido a que produce grandes cantidades de esas moléculas, el linaje de ratones C57BL/6 se mostró resistente al virus del Zika en el trabajo anterior, y sus crías no desarrollaran malformaciones cerebrales congénitas», dijo Perón.
Según el investigador, una de las posibilidades indica que el virus sería capaz de producir alguna molécula que obstruya la señalización de la INFß hacia el núcleo celular.
«De este modo, las células no se mueren y eso es bueno para el virus, el cual no aspira a matar al huésped, pues, de hacerlo, él también saldría perdiendo. Pero todo esto aún debe entenderse mejor», dijo Perón.
En su presentación, el profesor de la USP también comentó algunos trabajos recientes publicados por otros grupos. En uno de ellos, se demostró que el virus del Zika es capaz de sobrevivir hasta seis meses en el semen humano. En otra investigación publicada en agosto pasado en la revista Cell, quedó demostrado mediante experimentos con hembras de ratones preñadas que, al inoculárseles el virus del Zika en la vagina, éste es capaz de replicarse, atravesar la placenta y provocarles daños a los fetos en formación.
“Cuanto más tempranamente se produce la infección, mayores son las tasas de aborto y reabsorción fetal. Esto muestra que los vectores (los mosquitos del género Aedes) no deben constituir la única preocupación. La transmisión sexual durante la gestación reviste riesgos”, sostuvo Perón.
Patricia Beltrão-Braga, investigadora de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la USP y coautora del artículo publicado en Nature, quien también participó en el simposio sobre zika realizado durante la FeSBE, comentó que viene testeando el efecto de diversas drogas disponibles actualmente en el mercado en cultivos de células progenitoras neurales humanas. El objetivo de ello consiste en hallar alguna sustancia capaz de impedir la replicación viral o la entrada del virus en las células.
“A las que exhiban buenos resultados las pondremos a prueba en el modelo animal”, dijo.
También participó en la mesa el investigador de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) Maurício Maia, quien presentó estudios sobre los daños oculares inducidos por la infección por zika durante la gestación. “Desafortunadamente, demostramos que incluso niños nacidos sin microcefalia pueden presentar lesiones cerebrales y oculares”, dijo.
El simposio contó también con la presencia de Gubio Soares Campos, investigador de la Universidad Federal de Bahía (UFBA), el primero que describió un caso de infección por zika en Brasil. El virólogo presentó datos que sugieren que circula en la ciudad de Salvador (Bahía) un linaje específico del virus del Zika, que exhibe pequeñas diferencias genéticas con relación al virus aislado en otros estados.
Según Soares Campos, las diferencias observadas no alteran las características de la enfermedad, pero habrá que observarlas también en estudios orientados al desarrollo de vacunas.
“Este virus está adaptándose y, en el futuro, puede ser que ocasione problemas tales como meningitis también en adultos”, opinó.