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Las autoridades sanitarias griegas han prohibido donar sangre a vecinos y visitantes de 12 municipios griegos por el aumento de los casos de paludismo, cuatro de ellos domésticos. A lo largo del año el Centro Griego para el Control y Prevención de Enfermedades (KEELPNO) ha registrado 65, de los que la inmensa mayoría (61) corresponde a casos importados del subcontinente asiático y África, donde la enfermedad es endémica. Medio centenar fueron traídos por inmigrantes, mientras que los otros 11 corresponden a viajeros a zonas afectadas.
Según el centro de control epidemiológico, que ha adoptado la prohibición conjuntamente con el Centro Nacional de Donaciones de Sangre, el número de casos registrados hasta mediados de agosto representa un notable incremento con respecto al año pasado, en el que se contabilizaron un total de 85. Los 12 municipios afectados se hallan en Grecia central, el Peloponeso, la isla de Eubea (al norte del Ática), el Ática, región que concentra casi la mitad de la población del país, y la región de Salónica, segunda ciudad del país. Ninguna de las islas más turísticas se ha visto afectada; Eubea es un tradicional destino del turismo doméstico.
El paludismo se erradicó casi totalmente en el país a mediados de los años setenta del siglo pasado, aunque reapareció en 2009, con el inicio de la crisis económica. Seis años de recesión, con draconianos recortes a los servicios de salud y prevención –incluida la fumigación de focos de mosquitos-, han hecho aflorar en el país enfermedades prácticamente erradicadas en el mundo desarrollado, como la tuberculosis o el paludismo, por no hablar de un repunte de infecciones por el virus del sida.