Un estudio muestra que las personas resistentes a la insulina presentan niveles elevados en sangre de un subgrupo de aminoácidos (BCAA) cuyos impulsores son las bacterias Prevotella copri y Bacteroides vulgatus.

Un estudio dirigido por el profesor Oluf Pedersen, del Centro de Metabolismo de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, acaba de demostrar que los desequilibrios específicos en la microbiota intestinal son factores esenciales que contribuyen a la resistencia a la insulina, un estado precursor de trastornos generalizados como la diabetes tipo 2, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares ateroscleróticas.

El trabajo incluyó a 277 individuos no diabéticos y 75 pacientes diabéticos tipo 2, y en él colaboraron expertos de la Universidad de Copenhague y la Universidad Técnica de Dinamarca. Se monitorearon las concentraciones de más de 1 200 metabolitos en la sangre y se hicieron estudios avanzados basados en el ADN de cientos de bacterias en el tracto intestinal humano para explorar si ciertos desequilibrios en la flora intestinal están implicados en la etiología de trastornos metabólicos comunes y cardiovasculares.

Los investigadores observaron que las personas que tenían una disminución en la capacidad de acción de la insulina y, por lo tanto, eran resistentes a la insulina, presentaban niveles elevados en sangre de un subgrupo de aminoácidos llamados aminoácidos de cadena ramificada (BCAA, por sus siglas en inglés). Es importante destacar que el incremento de los niveles de BCAA en la sangre está relacionado con cambios específicos en la composición y función de la microbiota intestinal.

Los principales impulsores de la biosíntesis bacteriana intestinal de los BCAA resultaron ser las bacterias Prevotella copri y Bacteroides vulgatus. Para probar mecánicamente si las bacterias intestinales eran la verdadera causa de la resistencia a la insulina, los científicos alimentaron a los ratones con la bacteria ‘Prevotella copri’ durante tres semanas y vieron un aumento de los niveles sanguíneos de BCAA y el desarrollo de resistencia a la insulina e intolerancia a la glucosa.

«Este estudio representa avances médicos y técnicos muy significativos, y es el primero en integrar datos de metabolómica, microbioma y clínicos en suero en un solo análisis. Es importante destacar que el análisis revela la importancia de las diferentes especies de bacterias en relación con la enfermedad y nos ha permitido identificar un microbio específico que produjo la resistencia a la insulina cuando se transfirió a los ratones», dice Henrik Bjorn Nielsen, de la Universidad Técnica de Dinamarca y autor principal del trabajo, que se publica en Nature.

«La mayoría de las personas con resistencia a la insulina no saben que la tienen. Sin embargo, se sabe que la mayoría de los individuos con sobrepeso y obesidad son resistentes a la insulina y también es conocido que los cambios en la dieta para comer menos calorías y el aumento de la ingesta diaria de cualquier tipo de verduras y menos alimentos ricos en grasas animales tienden a normalizar los desequilibrios de la flora intestinal y, al mismo tiempo, mejorar la sensibilidad a la insulina del huésped», añade Pedersen.

julio 14/2016 (JANO)

julio 16, 2016 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Endocrinología, Enfermedades crónicas no trans. | Etiquetas: , , |

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