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Un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba ha creado un método para clasificar melanomas basado en imágenes dermatoscópicas.
Investigadores de la Universidad de Córdoba (UCO) han creado un sistema para clasificar melanomas a partir de imágenes dermatoscópicas, tomadas con un instrumento de microscopia de luz refleja, lo que puede servir de apoyo para seleccionar el abordaje terapéutico más adecuado. Este nuevo método de clasificación ordinal, diseñado por el grupo de investigación Aprendizaje y Redes Neuronales Artificiales (Ayrna), es más preciso que las clasificaciones tradicionales, ya que se ha basado en algoritmos que aprenden de los datos basándose en técnicas estadísticas, matemáticas y de inteligencia computacional.
«Los datos los podemos clasificar de diferentes maneras, como, por ejemplo, de forma binaria. Sería la forma en la que ordenamos a las personas de manera general: o son de hombres o son mujeres», ha explicado César Hervás, director del equipo científico que ha elaborado este trabajo, cuyos resultados publica la revista IEEE Transactions on Medical Imaging.
Esta vía permite diferenciar datos de una manera básica, pero hay otras más complejas, de modo que introduciendo más variables se pueden «clasificar los datos e, incluso, ordenarlos de mayor a menor en una escala», ha explicado este experto, catedrático del Departamento de Informática y Análisis Numérico en la UCO. En el trabajo han colaborado con las universidades de Sevilla y Loyola Andalucía y la dermatoscopia ofrece la ventaja de que es una técnica no invasiva, ya que permite examinar mejor las lesiones por debajo de la superficie cutánea amplificando in vivo la imagen sospechosa.
Con los datos extraídos de estas imágenes (información sobre variaciones de color, textura, borde), el sistema tipifica la lesión de la piel del paciente como benigna o maligna y, en el segundo caso, también identifica en qué etapa se encuentra el desarrollo del tumor. «De esta manera, el médico puede identificar el avance de la enfermedad y establecer un tratamiento más dirigido a partir de una prueba no invasiva», reconoce Hervás. El diagnóstico actual del melanoma se basa generalmente en una inspección visual del dermatólogo o dermatóloga y si existen evidencias la presencia del melanoma se procede a realizar una biopsia para determinar su profundidad, que determina la etapa de evolución de la enfermedad y si está directamente relacionada con la tasa de supervivencia, información con la que el especialista establece las medidas a tomar.
El grupo Ayrna también ha empleado sistemas de clasificación ordinal para los trasplantes de hígado. Según la Organización Nacional de Trasplantes, en 2015 fueron 2.282 los pacientes que ingresaron en lista de espera de un órgano para un trasplante hepático, para tener una calidad de vida razonable o vivir más tiempo. Sin embargo, se calcula que sólo hay un millar de donantes de este órgano al año en España. A partir de datos de supervivencia y mejora de las condiciones de vida de los pacientes trasplantados (a quince días, tres meses, medio año y un año), el equipo científico ha establecido junto a médicos del Hospital Reina Sofía un modelo que facilita la toma de decisiones. El método organiza a los futuros beneficiarios en categorías y prioriza unos candidatos respecto a otros según unos criterios objetivos. «No trata de sustituir el criterio médico, que es más amplio, sino que le dota de una serie de información cuantitativa que puede ser tenida en cuenta a la hora de tomar una decisión tan difícil», indica Hervás.
julio 15/2016 (Diario Médico)