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En el campo de los gramnegativos, aparecen dos nuevas combinaciones de antibiótico e inhibidor del mecanismo de resistencia: ceftolozano-tazobactam y ceftazidima-avibactam.
Las altas tasas de resistencias a los antimicrobianos en España se traducen también en multirresistencia, «con tasas peores que las de países del norte de Europa, pero mejores que algunas del sur del continente, como ocurre en Italia con los gramnegativos, por ejemplo», puntualiza Rafael Cantón, presidente de la Seimc y jefe de servicio de Microbiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal, de Madrid.
Cantón subraya que el principal motivo de preocupación en la actualidad son las enterobacterias productoras de carbapenemasas. Frente a ellas se han diseñado planes autonómicos específicos, que ofrecen información sobre la situación epidemiológica, métodos diagnósticos de identificación y recomendaciones sobre el mejor uso de antibióticos. «El problema es que las opciones terapéuticas son escasas. Debemos manejarnos con lo que tenemos, perfilando bien dosis y vías de administración, haciendo combinaciones o recurriendo incluso a antibióticos antiguos poco usados por sus posibles efectos tóxicos, como la colistina».
Este panorama puede dar un vuelco con la introducción de nuevos antibióticos, algo que no ocurría desde hace mucho. En el campo de los gramnegativos, aparecen dos nuevas combinaciones de antibiótico e inhibidor del mecanismo de resistencia: ceftolozano-tazobactam, ya autorizado en España, y ceftazidima-avibactam, que se espera para finales de año. Y en el de los grampositivos, los antibióticos más recientes son tedizolid -que evita algún mecanismo de resistencia de los previos- y dalbavancina, que se administra en una sola dosis quincenal. «Tiene la ventaja de que puede darse el alta antes a pacientes ingresados exclusivamente para administrarles un antibiótico por vía intravenosa, evitando además el posible contacto con patógenos multirresistentes».
La investigación también avanza en vacunas frente a microorganismos multirresistentes, en el posible bloqueo de transferencias de mecanismos de resistencia entre microorganismos y en la intervención sobre el microbioma. «Cabe plantearnos, en pacientes con riesgo de infección multirresistente, llevar a cabo una transferencia fecal con bacterias sensibles para recolonizar el tracto intestinal», en palabras del científico.
junio 7/2016 (Diario Médico)