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La estrategia de la OMS tiene como objetivo eliminar las hepatitis B y C para esa fecha, e incluye unos objetivos de prevención y tratamiento que, si se alcanzan, reducirían los fallecimientos anuales en un 65 %.
La Alianza Mundial de la Hepatitis ha celebrado el acuerdo adoptado en la Asamblea Mundial de la Salud, órgano decisorio supremo de la Organización Mundial de la Salud, y que se reunió la semana pasada en Ginebra, Suiza, para combatir y acabar con la hepatitis viral en el año 2030.
Dicha estrategia tiene como objetivo eliminar las hepatitis B y C para esa fecha, incluyendo unos objetivos de prevención y tratamiento que, si se alcanzan, reducirían los fallecimientos anuales en un 65 %, aumentarían el tratamiento hasta un 80 % y salvarían 7,1 millones de vidas en todo el mundo.
La hepatitis viral a nivel mundial produce 1,4 millones de muertes cada año, más que el VIH o el paludismo, encontrándose entre las principales causas de cirrosis hepática y cáncer. Pero con vacunas y tratamientos efectivos disponibles para la hepatitis B y la cura para la hepatitis C, los objetivos destacados en esta estrategia se consideran altamente viables.
La presidenta de esta entidad, Raquel Peck, celebra este compromiso y avisa de que, si se mantiene ese compromiso, serán «testigos de la erradicación de una de las mayores amenazas para la salud mundial». No obstante, añade que para ello será necesario un trabajo superior de cara a conseguir hacer realidad la eliminación de la hepatitis viral.
En febrero de 2016 un total de 36 países tenían planes nacionales en marcha para esta patología y 33 contaban con planes en desarrollo, pero hasta 125 estados miembros de la OMS no contaban con estrategias nacionales para hacer frente a este asesino mundial.