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Un nuevo estudio publicado en la revista de la academia de Ciencias de los Estados Unidos (PNAS), ha demostrado que la atracción entre individuos va más allá de la apariencia física y que el cerebro activa estrategias de recompensa positivas cuando empatiza con los sentimientos de su interlocutor y confía en su capacidad para descifrarlos.
Hasta ahora, las investigaciones neurocientíficas sobre los sistemas de conexión interpersonal sugerían que el cerebro escaneaba a las personas buscando su potencial de apareamiento. La nueva investigación destaca el papel de la empatía en las relaciones sociales y de las conexiones neuronales que intervienen en la socialización.
Los científicos observaron el comportamiento y la actividad cerebral de 92 personas. En los experimentos de resonancia magnética los voluntarios tuvieron que adivinar qué sentimiento expresaban unas mujeres que les mostraban en una serie de vídeos.
Los resultados demostraban que la forma de transmitir los sentimientos y de percibirlos variaba en cada persona.
En el caso de las relaciones sentimentales, los individuos son capaces de identificar mutuamente sus emociones. En otras situaciones, algunos cerebros son incapaces de descifrar los mensajes que les envía otro, porque cada persona transmite de forma distinta sus sentimientos. Sin embargo, estos individuos pueden empatizar sin problema con otras personas.