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Un artículo sugiere que los adultos de 50 a 59 años con algún factor de riesgo cardiovascular, como hipertensión, colesterol alto o son o han sido fumadores, tomen el fármaco de forma preventiva.
El Grupo de Trabajo sobre Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF), un panel de médicos independientes respaldado por el Gobierno, defiende que el consumo diario del popular fármaco Aspirina a determinadas edades puede servir para reducir el riesgo de infarto de miocardio o ictus. En concreto, en un artículo publicado en Annals of Internal Medicine , propone que los adultos de 50 a 59 años con algún factor de riesgo cardiovascular, como hipertensión, colesterol alto o son o han sido fumadores, tomen el medicamento de forma preventiva.
Asimismo, admiten que una aspirina diaria en dosis bajas (81 miligramos) también puede ser beneficiosa para prevenir el riesgo de cáncer colorrectal, si bien se desaconseja en pacientes anticoagulados. «Al igual que con cualquier medicamento, los pacientes y sus médicos deben valorar los beneficios y riesgos de la aspirina«, señala el presidente del USPSTF, Kirsten Bibbins-Domingo, de la Universidad de California en San Francisco (UCSF).
En sus recomendaciones, el grupo de expertos asegura que quienes más se beneficiarán del consumo diario de este fármaco serían los adultos de 50 a 59 años con al menos un 10 % de riesgo de sufrir un infarto o un ictus. De momento han excluido a las personas de más de 60 años dado que el riesgo de sangrado aumenta con la edad, y están evaluando si puede ampliarse en menores de 50 o mayores de 70 años. «Algunas personas pueden beneficiarse de la aspirina más que otros, por lo que las recomendaciones varían en función de la edad», indica Bibbins-Domingo.
En una revisión de estudios publicada junto con sus nuevas recomendaciones revelan que casi el 40 % de los adultos mayores de 50 años ya toma aspirina para prevenir un primer infarto o evitar que se produzca un segundo. Sin embargo, y en contra de lo que aconseja la Agencia Americana del Medicamento (FDA), defienden que su consumo debe limitarse en quienes tienen riesgo cardiovascular.
«Si el riesgo de infarto es realmente bajo lo único que puede hacer la Aspirina es hacer daño», ha añadido Steven Nissen, del departamento de Medicina Cardiovascular de la Clínica Cleveland en Ohio, en Estados Unidos. De hecho, ya hay estudios que apuntan que al menos una de cada 10 personas que toman aspirina no lo necesitan.