mar
14
Aproximadamente 4 de cada 10 madres con hijos pequeños tienen depresión, lo que puede acarrear efectos perjudiciales para las familias, según unos investigadores
Menos de la mitad de los pediatras de Estados Unidos preguntan a las madres sobre la depresión, aunque esta afección afecta a muchas mujeres con hijos pequeños, según revela un estudio reciente.
«La depresión materna a menudo pasa inadvertida y no recibe tratamiento porque las mujeres con problemas de salud mental no acceden de forma rutinaria a un atención sanitaria para sí mismas», dijo la coautora del estudio, la Dra. Ruth Stein, médica adjunta en el Hospital Pediátrico de Montefiore, en la ciudad de Nueva York.
«El consultorio del pediatra es un lugar visitado con frecuencia por las madres, lo que ofrece oportunidades valiosas para que los pediatras detecten la afección y conecten a las madres con servicios que puedan ayudar a las familias a que les vaya bien», añadió.
Para realizar el estudio, los investigadores revisaron encuestas realizadas por la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics). Más de 450 pediatras respondieron en 2004 y más de 300 participaron en 2013.
El porcentaje de pediatras que preguntaron a las madres sobre la depresión aumentó de una encuesta a otra, desde un 33 hasta un 44 %, encontró el estudio.
A pesar del aumento de aproximadamente el 30 %, la tasa sigue siendo demasiado baja y significa que muchas mujeres no son diagnosticadas y no reciben tratamiento, según los investigadores.
La depresión afecta a aproximadamente un 40 % de las madres con hijos pequeños, y puede tener muchos efectos negativos para los niños en aspectos como la alimentación, la creación de relaciones y el desarrollo mental, explicaron los autores del estudio.
El Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos publicó recientemente unas directrices nuevas que recomiendan que las mujeres embarazadas y las que acaban de ser madres reciban pruebas de depresión.
La autora principal del estudio, Bonnie Kerker apuntó en el comunicado de prensa que «nuestro estudio demuestra que a lo largo de los años los pediatras han hecho más evaluaciones, lo que es promisorio».
Kerker es profesora adjunta en el departamento de psiquiatría infantil y adolescente del Centro de Estudios Pediátricos del Centro Médico Langone de la NYU, en la ciudad de Nueva York.
«Pero no todos los pediatras creen que la salud mental o la salud familiar está dentro del ámbito de su práctica. Dado lo mucho que sabemos sobre las características parentales como factores de riesgo de un desarrollo infantil deficiente, tenemos que poner más énfasis en la comprensión de todo el contexto familiar, para que los pediatras puedan proporcionar la atención adecuada a los pacientes», concluyó Kerker.
El estudio fue publicado en la edición de febrero/marzo de la revista Journal of Developmental & Behavioral Pediatrics.