El hallazgo de una especie de ranura en la estructura de la proteína puede abrir una alternativa a los anticonceptivos hormonales.

En un estudio publicado en la revista Current Biology,   el investigador del Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia, Luca Jovine muestra detalles sobre el modo en que se reconocen dos células para unirse y formar un nuevo ser humano. Jovine ha empleado la cristalografía de rayos X para obtener la estructura tridimensional de Juno, el receptor de folato 4 (Folr4) que se halla en la superficie del óvulo, así bautizado en honor a diosa romana de la maternidad, y que resulta clave para el desarrollo del feto.

“Algo interesante que hemos observado es que hay un bolsillo en la estructura de la proteína, una especie de grieta que puede servir para encajarse con otras moléculas”, explica Jovine. “Si la superficie de una molécula es muy plana, no es fácil encontrar un fármaco que se una a ella, pero esta característica puede ser interesante para encontrar medicamentos que inhiban su acción”, añade. Ese tipo de fármacos, al menos en teoría, podrían convertirse en alternativa a los anticonceptivos hormonales actuales. “Los anticonceptivos hormonales funcionan de una manera que no ataca directamente las moléculas involucradas en la interacción entre el óvulo y el espermatozoide, pero en este caso, si se pudiese acoplar una pequeña molécula en ese bolsillo de Juno para desactivarla, se podría lograr un anticonceptivo que no interferiría en el balance hormonal como los actuales”, continúa.

El trabajo del equipo del Instituto Karolinska ha revelado con detalle el aspecto de Juno, dando una idea sobre cómo su interacción con Izumo1 regula el amarre entre espermatozoide y óvulo. Además, desde el punto de vista evolutivo, ofrecen una idea sobre el origen de nuestra forma de tener descendencia. Según los autores, hace millones de años, se produjo un cambio en los receptores de la vitamina B9 que permitió la aparición de esa interacción clave de la reproducción de los mamíferos. Aunque Juno tiene una forma similar a otros miembros de esta familia de receptores, posee una región diferente que en sus primos sirve, precisamente, para unirse con la B9. El cambio le hizo perder su función original, pero le dio la oportunidad de participar en un sistema de comunicación muy creativo.

febrero 12/ 2016 (JANO)

febrero 15, 2016 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Ginecología y Obstetricia, Salud Reproductiva | Etiquetas: , , |

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