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Un nuevo trabajo desvela que la extensión del cáncer no se produce por la migración de células individuales, sino por grupos celulares cuya supervivencia depende de que sigan unidas.Un estudio publicado en «Proceedings of the National Academy of Sciences» («PNAS«) confirma que grupos de células de cáncer viajan juntas en todas las etapas de la metástasis. También identifica las firmas moleculares distintivas de estos grupos itinerantes agresivos, como el hecho de que cada uno es guiado por un líder que se alimenta de una proteína sobreexpresada llamada queratina 14.
En última instancia, los resultados no solo proporcionan nuevos conocimientos sobre la metástasis, sino que también pueden apuntar a posibles objetivos farmacológicos para prevenir o ralentizar el proceso, según señala el primer autor del documento, Kevin Cheung, del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson, en Seattle (Estados Unidos).
Durante mucho tiempo se ha pensado que el cáncer se extiende cuando una sola célula cancerosa se escapa del tumor original, viaja a través del torrente sanguíneo y se instala en órganos distantes. Sin embargo, un creciente cuerpo de evidencia sugiere que estas células tumorales no viajan solas, sino que migran a través del cuerpo en grupos celulares.
Los investigadores de este trabajo se basaron en un modelo murino de cáncer de mama que migró espontáneamente a los pulmones. Mediante el uso de una prueba de rastreo del linaje, constataron que las células cancerosas no solo viajan juntas desde el principio hasta el final de su viaje por todo el cuerpo, sino que tienen que permanecer juntas para sobrevivir.
Cheung y sus colegas también descubrieron que la disgregación de estos grupos en células individuales conduce a su muerte. «Los grupos tienen una mejor capacidad de metástasis que las células individuales», confirma.
A través de la secuenciación del ARN para entender qué genes se expresan en estas células, los investigadores observaron que los grupos mostraban cambios en la expresión de genes que codifican tres complejos de proteínas diferentes.
En concreto, vieron una mayor expresión de genes desmosomas, lo que permite que las células se adhieran fácilmente entre sí; una mayor expresión de genes hemidesmosomas, que hace que los grupos sean aptos para adherirse al microambiente que les rodea; y una menor expresión de genes implicados en la presentación de antígenos, lo que permite a estos grupos evadir los linfocitos T.
Desarrollo de nuevas terapias
Los investigadores plantean que es necesario seguir trabajando para probar directamente las consecuencias de estos cambios genéticos. «Tenemos que hacer más estudios para probar estas hipótesis y, en última instancia, impulsar estos hallazgos para el desarrollo de nuevas terapias para el cáncer de mama metastásico.
«De todas las etapas del cáncer de mama, la metástasis sigue siendo la más difícil de tratar. Si pensamos en este estudio como una hoja de ruta, entonces el trabajo en mi laboratorio se dirige ahora a crear el plan de batalla para combatir este desafío».
febrero 5/2016 (Diario Médico)