ene
12
Un estudio sobre 453 encuestas a familias con niños de 1 a 7 años de Madrid muestra que el 20 % de los participantes tenía dificultad para comprar los medicamentos prescrito y hasta el 38 % decían tener problemas de salud.
Un estudio publicado en la revista Anales de Pediatría , punta que la falta de recursos derivada de la crisis se asocia con un mayor riesgo de problemas de salud, en especial si algún miembro de la familia está en paro, así como con una mayor dificultad para comprar medicamentos sin financiación pública.
El trabajo pretendía analizar cómo la crisis ha aumentado las desigualdades de acuerdo con el nivel socioeconómico de las familias que acuden a las consultas pediátricas de atención primaria. Para ello, los autores realizaron un total de 453 encuestas a familias con niños de 1 a 7 años de la Comunidad de Madrid.
En cuanto al nivel de ingresos familiares, se hicieron tres grupos en función de si disponían de menos de mil euros a mes (el 28 % de los participantes), entre 1 000 y 2 000 euros (31,7 %) y más de 2.000 euros (40,1 %). Igualmente, se formaron tres grupos respecto al nivel de estudios: los que no tenían estudios elementales (26,5 %), con estudios medios (35 %) y con estudios superiores (38,4 %).
En 176 familias (32,41 %) uno de los dos progenitores era inmigrante, en 38 casos (8,38 %) la familia era monoparental y en todos ellos la madre era la responsable. Además, en 21 familias (4,63 %) los dos miembros de la pareja estaban en el paro.
Al completar los cuestionarios vieron como un 20,52 %de los participantes tenía dificultad para comprar los medicamentos prescritos, el 39 % habían reducido el gasto en alimentación y hasta el 38,1 % decían tener problemas de salud en la familia derivados de su situación laboral y económica. Al cruzar los datos con el nivel de ingresos, vieron como estos problemas de salud afectaban más a las familias con menos recursos (70%), en comparación con las de ingresos medios (38,8 %) o altos (15,3 %).
La presencia de problemas de salud desde la crisis también eran menos frecuentes en las personas con un nivel de ingresos medio y alto, que también presentaron menos dificultad para comprar medicamentos no financiados.
Sólo un tercio paga las vacunas pediátricas no financiadas
Por lo que respecta a las vacunaciones no financiadas, 165 niños de la muestra (36,42 %) fueron vacunados frente a rotavirus y 37 de los 71 niños (52,1 %) nacidos después de la retirada de la financiación de la vacuna frente a neumococo habían sido vacunados. En el caso de la vacuna del rotavirus, en su uso influía tener un mayor nivel de ingresos y de estudios, y no ser inmigrante.
Para los autores del estudio, en el que ha participado Marciano Sánchez Bayle, portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Salud Pública (FADSP), los resultados muestran como la crisis ha tenido mayor impacto en el grupo con menor nivel de ingresos en todas las variables analizadas.
No obstante, reconocen que el trabajo tiene limitaciones y la principal es el pequeño tamaño de la muestra, por lo que «sería muy recomendable en el futuro realizar estudios con muestras de población más amplias».
«E insistir en que las crisis económicas plantean a las autoridades sanitarias y a la sociedad nuevos retos y entre ellos está priorizar la protección de la salud de la población en general y de la infancia en especial porque no proteger a los niños de la pobreza es uno de los errores más costosos que puede cometer una sociedad», han defendido.