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Las personas que tienen creencias negativas con respecto al envejecimiento tienen más probabilidades de presentar cambios cerebrales asociados con la enfermedad de Alzheimer, se indicó hoy en un estudio encabezado por la Universidad de Yale. Por el contrario, combatir las creencias negativas sobre el envejecimiento, como que los ancianos son decrépitos, podría ofrecer un posible camino para reducir el rápido aumento en la enfermedad de Alzheimer, un devastador desorden neurodegenerativo que causa demencia en cerca de 35 millones de personas en todo el mundo.
El estudio, publicado en línea por la revista estadounidense Psychology and Aging
y encabezado por Becca Levy, profesora adjunta de salud pública y psicología de Yale, es el primero en vincular los cambios cerebrales relacionados con la enfermedad de Alzheimer con un factor de riesgo psicosocial basado en la cultura. Creemos que el estrés generado por las creencias negativas sobre el envejecimiento, que los individuos en ocasiones interiorizan desde la sociedad, puede tener como resultado cambios cerebrales patológicos’, dijo Levy en una declaración. Levy y sus colegas examinaron a sujetos saludables y sin demencia del Estudio Longitudinal de Baltimore sobre Envejecimiento iniciado en 1958, el estudio científico de más duración sobre el envejecimiento en Estados Unidos.
Tomando como base imágenes de resonancia magnética, los investigadores encontraron que los participantes con más creencias negativas sobre el envejecimiento mostraron un mayor declive en el volumen del hipocampo, una parte del cerebro crucial para la memoria.
Un volumen reducido en el hipocampo es un indicador de enfermedad de Alzheimer. Los investigadores recurrieron a las autopsias cerebrales para examinar otros dos indicadores de la enfermedad de Alzheimer: las placas amiloides, que son grupos de proteínas acumuladas entre las neuronas, y los ovillos neurofibrilares, que son formaciones de proteínas acumuladas en las neuronas.
Los participantes con más creencias negativas sobre el envejecimiento presentaron un número significativamente mayor de placas y de ovillos. En ambas fases del estudio, los investigadores realizaron ajustes para otros factores de riesgo conocidos para la enfermedad de Alzheimer como la salud y la edad.’
Aunque los hallazgos son inquietantes, es alentador saber que estas creencias negativas sobre el envejecimiento pueden ser mitigadas y que las creencias positivas sobre el envejecimiento pueden reforzarse de manera que el impacto adverso no sea inevitable’, dijo Levy.
diciembre 07/ 2015 (Xinhua) — Tomado del Boletín de Prensa Latina Copyright 2015. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.