Un equipo de investigadores ha analizado las secuelas de la reducción de la inmunidad antipalúdica en madres y bebés y ha concluido que la disminución en la transmisión va de la mano de un aumento de la gravedad de las infecciones.

Un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM) en Mozambique muestra que una disminución en la exposición al parásito del paludismo puede provocar resultados clínicos adversos en mujeres embarazadas que se infectan, así como en sus bebés.

El trabajo, publicado en The New England Journal of Medicine, revela que, en las zonas de alta transmisión, la exposición frecuente al parásito mantiene una respuesta inmune eficaz capaz de controlar la multiplicación del parásito en la sangre y, por tanto, reducir la gravedad de la infección. Sin embargo, una disminución en la transmisión, como la que se da en regiones que avanzan hacia la eliminación, puede, paradójicamente, resultar en infecciones más perjudiciales.

“Estos resultados subrayan la importancia de mantener los esfuerzos en el control y, especialmente, en la eliminación de la infección para evitar rebotes asociados a una menor inmunidad contra el paludismo”, afirma Alfredo Mayor, investigador del Instituto Global en Barcelona y primer autor del estudio.

Las mujeres embarazadas son particularmente vulnerables a la infección por paludismo, y por ello, los autores decidieron investigar las consecuencias de la reducción de la inmunidad antipalúdica en las madres y sus bebés.

Los investigadores estudiaron las tendencias parasitológicas, inmunológicas y clínicas en casi 2 000 mujeres embarazadas que acudieron al Hospital Distrital de Manhiça (Mozambique) entre 2003 y 2012 mientras participaban en ensayos clínicos de tratamiento preventivo intermitente durante el embarazo.

El riesgo de los repuntes de la enfermedad

La prevalencia de la infección por paludismo en el momento del parto disminuyó de un 33 a un 2 % entre 2003 y 2010, pero luego se incrementó hasta un 6 % en 2012. Los niveles de anticuerpos contra el parásito, incluyendo aquellos que se generan específicamente durante el embarazo y que ayudan a limitar la densidad del parásito en la placenta, siguieron tendencias similares a la prevalencia de paludismo.

Comparado con el periodo de alta transmisión comprendido entre 2003 y 2005, la densidad parasitaria en las mujeres infectadas fue mayor en 2010-2012, época en la que hubo un ligero repunte de la enfermedad. Como consecuencia, los partos tuvieron un peor desenlace, ya que los niveles de hemoglobina en la madre y el peso de los recién nacidos en mujeres infectadas se vieron significativamente reducidos.

Según explicaron los autores, este estudio demuestra que la disminución en la prevalencia del parásito y en la inmunidad contra el mismo en mujeres embarazadas va de la mano de un aumento de la gravedad de las infecciones, lo que tiene relevancia en el momento de planear las estrategias de eliminación del paludismo y de prevención de resurgencias.

octubre 24/ 2015 (JANO)

 

octubre 26, 2015 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Enfermedades infecciosas, Enfermedades transmisibles, Epidemiología, Microbiología | Etiquetas: |

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