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Según el Dr. Juan Antonio Divisón, algunos hipertensos experimentan una reacción de alerta cuando se miden la presión en consulta que hace que ésta se incremente fuera de lo normal, por lo que reciben un tratamiento inapropiado.
Entre un 15 y un 20 % de los pacientes con hipertensión experimentan lo que se denomina síndrome de la “bata blanca”, y que conlleva un tratamiento inadecuado debido a que estos individuos experimentan una “reacción de alerta” en consulta que provoca que la presión arterial se incremente “fuera de lo normal”, de manera que la medición no aporta información fiable. Así lo manifestó el Dr. Juan Antonio Divisón, en el marco de una jornada organizada por la Sociedad Española de Hipertensión- Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), que también aseveró que lo ideal, en estos casos, es que el paciente se tome la presión en casa
Para este experto, la Automedida de la Presión Arterial (AMPA) tiene, además, otras ventajas, como el hecho de que mejora el cumplimiento del paciente y, por tanto, la calidad de vida. En este sentido, explicó, los pacientes que se toman la presión arterial en el domicilio “conocen mejor su patología, ya que ven las cifras de su presión arterial, y saben si están controlados o no, por lo que están tranquilos. Esto, además, repercute en una mayor implicación en el cumplimiento de los tratamientos y, al estar controlados, sufren menos complicaciones”.
Por este motivo, recalcó el Dr. Divisón, “todos los pacientes hipertensos deberían tener un aparato de medida de la presión arterial en casa, sobre todo aquellos a los que se les ha detectado que sufren esta reacción de alerta en la consulta”. Así, hizo hincapié en la importancia de contar con un aparato de medida de la presión arterial validado, es decir, que cumpla unos determinados requisitos que permitan obtener datos fiables. Este especialista, no obstante, desaconsejó este sistema de medida en personas con obesidad extrema, y para aquellos que sufran ansiedad o arritmias.
La SEH-LELHA dispone de un listado dirigido a profesionales sanitarios y público en general en que establece qué aparatos electrónicos de medida de la presión arterial reúnen las condiciones necesarias para ser fiables.