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La pérdida de diversidad de la microbiota en los países desarrollados, contribuye al incremento de los casos de estas enfermedades, según los ponentes de una jornada organizada por Biocat y La Caixa.
Las bacterias que habitan en el organismo de cada humano, conocidas como microbiota, condicionan el desarrollo de enfermedades crónicas, como el cáncer, la diabetes de tipo 2 y la obesidad, según han coincidido en destacar los expertos que han participado este jueves en una jornada organizada por Biocat y la Obra Social La Caixa en CosmoCaixa Barcelona.
La pérdida de diversidad de la microbiota en los países desarrollados, han asegurado los ponentes, ha contribuido al incremento de casos de diabetes, celiaquía, autismo e hipertensión, y que la investigación en este ámbito abre un nuevo paradigma en la prevención y el tratamiento de enfermedades, han informado los organizadores en un comunicado.
Cada persona tiene en su organismo una decena de bacterias por cada célula, una población que tiene un peso muy relevante en la salud y la enfermedad, y que influye en la manifestación de enfermedades que hasta ahora se pensaba que solo dependían del genoma humano.
El investigador del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) Francisco Guarner ha destacado que las personas con un microbioma «más activo metabólicamente y con más riqueza genética» están más sanas.
La investigación biomédica ha pasado de interesarse solo por el ADN humano a «centrarse también en ‘el otro genoma’, el de los microorganismos que viven en el cuerpo», ha celebrado la directora del grupo de Bioinformática y Estadística Médica de la Universitat de Vic (UVic), Malu Calle.
De hecho, según el director del Instituto del Sida IrsiCaixa, Bonaventura Clotet, la vacuna contra el VIH «necesita un buen microbioma para mejorar la respuesta inmunitaria del paciente», y ha destacado que el estado de las bacterias internas de los enfermos que participen en el ensayo clínico de la vacuna a partir de 2016 será clave para optimizar su eficacia.
Todos ellos han destacado que la posibilidad de manipular y cambiar la composición de las bacterias asociadas a enfermedades abre «un nuevo paradigma» para nuevos tratamientos no invasivos, como dietas específicas, el uso de prebióticos y probioticos, y los trasplantes de microbiota.
El encuentro ha sido impulsado con la colaboración de cuatro reconocidas instituciones de investigación –UVic, IrsiCaixa, VHIR y el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (Cnio).