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Investigadores de la Universidad de Taiwán desarrollaron un músculo artificial a partir de células de cebolla capaz de contraerse o expandirse cuando se le aplica una corriente eléctrica, reflejó recientemente la revista «Applied Physics Letters».
Desde hace algunos años físicos y biólogos decidieron unirse para producir materiales sintéticos que aprovechan algún diseño o componente presente en la naturaleza.
Los científicos buscaban desarrollar una microestructura en músculos artificiales que incrementara su capacidad de contraerse o estirarse, explicó el investigador principal Wen-Pin Shih. «Un día descubrimos que la estructura y el tamaño de las células de cebolla eran similares a lo que necesitábamos», dijo el especialista.
Los estudiosos consiguieron crear un músculo artificial que puede contraerse o expandirse en diferentes direcciones dependiendo del voltaje aplicado, a diferencia de diseños anteriores que solo podían hacerlo en un sentido.
En su trabajo, los científicos se basaron en la fuerza electrostática para deformar la pared de las células de cebolla y conseguir su contracción.
El dispositivo, apuntan los expertos, tendrá que demostrar su eficacia en sistemas vivos y posteriormente pasar una serie de pruebas, como que no produzca rechazo, ya sea alérgico o inmunológico, y que al degradarse no genere residuos perjudiciales.
Los posibles usos de esta tecnología estarían en el campo de la biomedicina y las manipulaciones robóticas. Las innovaciones abarcarían desde córneas artificiales a válvulas o marcapasos para el corazón, pasando por los geles que permiten guiar la cicatrización de grandes heridas en la piel.
mayo 8/2015 (PL)