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Los investigadores trasplantaron tumores en el abdomen de las moscas y activaron la proteína denominada Yorkie para inducir la proliferación tumoral en células madre intestinales.
Ovarios de moscas
Los ovarios de moscas de la fruta afectadas por cáncer (izquierda) y sanas (derecha) poseen un aspecto muy diferente. En la segunda imagen se aprecian los efectos de la caquexia. (David Bilder y Alejandra Figueroa-Claravega)
Dos estudios independientes que se publican en el último número de «Developmental Cell» revelan que la molécula ImpL2, secretada por los tumores, dirige la pérdida de tejido adiposo y muscular en modelos de cáncer en mosca de la fruta, replicando los elementos clave de la caquexia de origen tumoral en los humanos. Los responsables de estas investigaciones creen que sus hallazgos podrían servir para desarrollar terapias frente a este síndrome en pacientes oncológicos. Se calcula que en torno al 20 por ciento de las muertes por cáncer son achacables a la caquexia.
Los autores de uno de los trabajos, David Bilder y Alejandra Figueroa-Claravega, de la Universidad de Berkeley, trasplantaron tumores en el abdomen de las moscas, mientras que los del otro estudio, encabezado por Norbert Perrimon, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, activaron la proteína denominada Yorkie para inducir la proliferación tumoral en células madre intestinales.
Ambos modelos de cáncer llevaron al descubrimiento de que una molécula secretada por los tumores, denominada ImpL2, causa la atrofia muscular y ovárica y la pérdida de grasa propias del síndrome.
ImpL2 es la versión en moscas de la fruta de las proteínas de unión al factor de crecimiento insulínico (IGFBP), que inhiben la actividad de la insulina y, por lo tanto, interfieren en la absorción de la glucosa desde la sangre hacia el músculo esquelético y el tejido adiposo. De hecho, los investigadores constataron que la eliminación de ImpL2 reducía significativamente la caquexia en las moscas.
«Puesto que los tumores tienen diversas IGFBP homólogas, nuestros estudios sugieren que podrían convertirse en nuevos candidatos a mediadores de la caquexia», ha afirmado David Bilder.
abril 8/2015 (Diario Medico)